EL PAÍS
MADRID, ESPAÑA.- Cage luce un traje de factura impecable y una media sonrisa cuando nos encontramos con él en persona. Es muy reservado sobre su vida privada. Tras un largo matrimonio con Patricia Arquette y uno breve con Lisa Marie Presley, acaba de tener un niño con su tercera esposa, Alice Kim, de 20 años, al que ha llamado Kal El, el nombre de Superman en Krypton; además, tiene otro hijo adolescente de 15 años, Weston, de una relación anterior.
El actor acaba de terminar The Wicker Man, un remake de una película de terror de Neil Labute, y Ghost Rider, sobre Johnny Blaze, el superhéroe de la Marvel. Ahora está rodando una película de Oliver Stone sobre los trabajos de rescate en el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001.
¿Qué le gustó más de su trabajo con Gore Verbinski en esta película tan inusual, El Hombre del Tiempo, sobre un divorciado en crisis?
Me encantó su energía, su entusiasmo; tiene mucha vida. En este caso quería hacer una película menos espectacular, que no se apoyara tanto en los efectos especiales; quería centrarse en la actuación, hacer una historia más modesta sobre unas personas. Yo diría que es un drama familiar acerca de un hombre que lo hace lo mejor que puede, un retrato realista de lo que muchas familias están atravesando, con su parte buena y mala. A veces elijo una película porque me recuerda a algún acontecimiento de mi vida y sé que puedo expresarlo, y El Hombre del Tiempo fue perfecta en este sentido porque yo me estaba divorciando, así que eché toda la carne en el asador y saqué algo positivo de lo negativo.
¿Qué siente, como padre, respecto al hecho de que los niños de El Hombre del Tiempo parecen estar desatendidos por sus padres?
Me parece que, por desgracia, éste es un problema muy típicamente americano en muchos sentidos, pero como se suele decir: ?lo que no mata engorda?. Cuando eres padre, te haces responsable de una existencia preciosa; es una responsabilidad increíble; no es fácil y lo normal es que te dé un poco de miedo. También sientes, de repente, de una forma abrumadora que tu vida cobra sentido, un gran sentido que quizá no tenía antes. De manera que intentas darle a tus hijos las herramientas para manejarse en la vida, pero también es importante que ellos posean su propia fuerza interior.
¿Es menos egoísta y ambicioso ahora que tiene hijos? ¿Le ha ayudado como actor a profundizar en sus emociones?
Sí, yo diría que antes de ser padre era un anarquista. O sea, sólo me interesaba el punk rock y hacer películas excéntricas en las que comía cucarachas (Vampire?s Kiss, 1989); supongo que estaba un poco grillado. Pero luego tuve un niño y decidí dejar de fumar y abrocharme el cinturón. De repente me dije: ?me importa todo lo que me rodea. Quiero formar parte de una comunidad, estar con la gente?. Eso es lo que pasó y me cambió la vida por completo. La diferencia entre la filosofía que tenía antes y después de ser padre es inmensa; entonces fue cuando todo cambió para mí, me convertí en un ciudadano responsable y en un miembro de la comunidad, incluso dejé de fumar. También creo que me puse en contacto con toda una gama de sentimientos que nunca había tenido antes, lo cual en cierto modo facilitó mi trabajo como actor, el expresar mis emociones. Estoy abierto a nuevas emociones que quizá nunca había sentido antes de convertirme en un padre de familia, porque ahora puedo acceder a sentimientos más profundos.
¿Cómo describiría su estilo o método de actuación?
No creo ser un actor con un estilo definido; en realidad me gusta ser poco previsible y pienso en mis interpretaciones en términos musicales, más bien. A veces es una pieza con ritmo rápido, lo cual quizá es más cinético, pero también hay momentos más allegro ma non troppo, en los que no vas demasiado rápido. Mi trabajo forma parte de mi expresión como artista; hay que tener en cuenta que empecé a actuar cuando tenía diecisiete años, así que por aquel entonces me interesaban más la velocidad y el punk rock duro, mientras que ahora quizá disfrute escuchando a Chopin. Llevo 25 años actuando, de modo que he ido cambiando con mis películas.
También parece haber cambiado su tono de voz con los años. ¿Lo ha hecho a propósito?
Sí, siempre he pensado que mi mayor herramienta como actor era mi voz, y me he esforzado por encontrarla. Al principio no era mi fuerte, es algo que se ha ido desarrollando lentamente a lo largo de los años; lo cierto es que todos mis héroes tenían voces muy inimitables, idiosincrásicas, sabe, como Humphrey Bogart, Marlon Brando y Jimmy Stewart. Cuando uno piensa en un actor de los grandes, siempre tiene una voz muy especial, así que era importante para mí encontrar la mía.
¿Vio alguna interpretación cuando era joven que le hiciera desear ser actor?
Sí, yo creo que fue James Dean en Al Este del Edén, la película de Elia Kazan, eso es lo que realmente me puso al límite. Me sentía muy confuso respecto a lo que quería ser de mayor, pero cuando vi a James Dean tan derrumbado emocionalmente en la pantalla, me sentí tan mal por él que pensé: ?no hay ninguna canción, ninguna música, ninguna pintura, ningún libro ni nada de nada que me haya afectado tanto como esto. Por lo tanto, vale, voy a ser actor?.
¿Es verdad que para su actuación en Corazón Salvaje se inspiró en su ídolo, Elvis Presley, cuya hija Lisa Marie acabó casándose con usted por una extraña pirueta del destino?
Respecto a Elvis, al igual que mucha gente siempre he pensado que era un gran cantante, pero no estaba obsesionado con él en absoluto. Vamos, que no tengo una habitación forrada de souvenirs de Elvis. Creo que la confusión viene de que, cuando hice Corazón Salvaje, creía en la síntesis en el arte; me sentía muy inspirado por los artistas y pensaba que, como actor, podía hacer lo mismo que un pintor. En este caso, me fascinaba lo que hacía Andy Warhol tomando estos grandes iconos y haciendo una especie de collages con ellos; tengo uno de James Dean. Así que me fui a ver a David Lynch y le dije: ?quiero intentar interpretar a Andy Warhol?. Todos los actores habían hecho alguna versión de James Dean o Marlon Brando, así que yo quise hacer otra que fuese única y divertida, por ejemplo Elvis Presley. La verdad es que mi personaje en Corazón Salvaje se parecía más a Andy Warhol que a Elvis; pero si hubiera sabido entonces que iba a casarme con la hija de Elvis, me habría inspirado en Andy Warhol y punto (bromea).
Habiendo trabajado con los más grandes: Francis Coppola, Martin Scorsese, Brian De Palma, John Woo, ¿cuáles cree que son las cualidades que ha de tener un buen director?
Un buen director es alguien que tiene la confianza suficiente en sí mismo para no ponerse a arreglar algo que no está roto. Suelen decir muy poco, lo mínimo, pues saben cómo modelar una actuación con unas cuantas palabras. Creo que he tenido mucha suerte con la mayor parte de los cineastas con los que he trabajado, porque se les puede catalogar así. Un buen director también es alguien que se atreve a experimentar, a aprovechar las oportunidades e intentar cosas que quizá no funcionen, pero al menos no la joroba antes de intentarlo.
Usted debutó en la dirección con un proyecto bastante arriesgado: Sonny, la historia de un prostituto. ¿Qué le decidió a dirigir?
Había leído ese guión quince años antes, cuando quise interpretar el papel, y no lo había olvidado, se quedó en mi mente. Me parecía un papel único e inusual, y me atraía mucho la idea de estas dos personas que atraviesan una situación muy mala e intentan encontrar el amor, sintiéndose confundidas entre la desesperación y la extrema necesidad. Me interesaban estos personajes como parte de un drama familiar un poco áspero y pensé que era el material perfecto para estrenarme como director. Así que cuando hubo la huelga del Writers Guild (Gremio de Escritores), y existía la posibilidad de que hubiera una del SAG (Gremio de Actores de Cine), me encontré que no tenía nada qué hacer después de filmar El Ladrón de Orquídeas; y después de haber trabajado con Charlie Kaufmann y Spike Jonze en ese proyecto, me sentía muy inspirado. Me recordaba a Vampire?s Kiss, porque con Being John Malkovich se han convertido en parte de una generación que está abierta a un nuevo estilo, a una nueva visión. Decidí rodearme de gente apasionada, estimulante, creativa y con talento y aprendí mucho trabajando con ese reparto, el director de fotografía y el director artístico. Rodearme de gente creativa me ayuda a seguir siendo creativo, y ése es el otro motivo por el que me lancé a dirigir.
Después de producir y actuar en El Señor de la Guerra, ¿qué aprendió sobre las guerras que están teniendo lugar en el mundo, sobre todo la de Irak?
Ni se me pasaría por la imaginación sentirme satisfecho con la guerra de Irak, eso es todo lo que quiero decir al respecto. Pero antes no sabía, como lo sé ahora, que hay 300 mil niños soldados en el mundo; niños de entre ocho y 17 años, a los que dan rifles y piden que cometan el acto más grave que puede hacer jamás un ser humano: matar a otro ser humano, y esto lo hacen quizá antes de que hayan dado su primer beso, de que se hayan enamorado. Me parece una aberración espantosa, y una situación muy preocupante y trágica; no puedo dejar de calificarla así. Creo que está comprobado que la muerte forma parte de la historia y de la naturaleza, pero ¿por qué tienen que ser niños los que lo hagan? Este proyecto llegó a mi compañía, Saturn Films, tras haber sido rechazado por todos los estudios de Hollywood por obvias razones, ya que nadie quería tocar ese tema. Trabajar en él me hizo más consciente del problema y quizá el ver la película informará a otras personas sobre ello.
¿Cree que ser sobrino de Francis Coppola le ayudó a meterse en el negocio del cine? ¿Fue la atmósfera creativa que se respiraba en su gran familia lo que le impulsó a explorar esta expresión artística, como les sucedió a sus primos Sofía y Jason Schwarzmann?
Yo no veo nuestra familia como una dinastía ni un grupo de poder ni nada por el estilo; quiero decir, nadie va a ir a ver mis películas porque sea sobrino de Francis Coppola. Simplemente me siento afortunado por formar parte de una familia que se aplica a ser todo lo creativa que puede ser, eso me parece muy emocionante. Creo que fue mi abuelo Carmine el primero que abrió esa puerta, era un inmigrante pobre pero tenía talento para tocar la flauta. Se convirtió en primera flauta de Toscanini, y luego se hizo compositor, y ése fue el principio de su ruptura con su país de origen, Italia, donde todos éramos salteadores de caminos y ladrones de diligencias y trenes y cosas así. Todo empezó con Carmine Coppola y siguió con Francis, con sus magníficos trabajos como director, y con mi padre August que fue catedrático de literatura comparada; en mi familia todo se fue empapando de arte, empezando por la flauta de mi abuelo. Es como cualquier tradición antigua, como cuando un platero transmitía a su hijo los conocimientos de su oficio. En mi caso, no creo que nadie me transmitiera nada, pero creo que mi familia parece querer ser creativa por ósmosis. Me siento impresionado, emocionado, orgulloso y feliz con los logros de Sofía y Jason, y también de mi primo Robert que se ha convertido en una estrella de rock; es fantástico que haya tanta gente en mi familia que siga saliendo ahí fuera y creando.
¿Por qué se cambió el apellido y por qué eligió Cage?
Bueno, cuando era jovencito y hacía audiciones con el apellido Coppola era complicado, porque muchas veces el agente de reparto quería hablarme de lo que estaba haciendo mi tío, y para cuando terminábamos de hablar de El Padrino, ya se me había olvidado el texto que antes recordaba y no podía seguir con la audición. Por eso pensé que era mejor cambiarme el apellido y seguir en esta profesión sin ese peso sobre mis espaldas. Necesitaba saber que podía hacer las cosas por mí mismo, probarme que era una entidad independiente y no sólo parte de la dinastía Coppola. Creo que Francis lo entendió, todo el mundo entendió por qué lo hacía. El apellido que elegí viene de John Cage, el compositor, que descubrí por el personaje de un cómic llamado Luke Cage Powerman, que fue además el primer superhéroe negro de los cómics de Marvel, y a mí era el que más me molaba. Cuando era niño leía esos cómics y luego en la escuela primaria daba clase de música y me hablaron de John Cage; así que me sentí inmediatamente atraído por él porque me gustaba cómo sonaba su nombre, luego oí su música y me pareció fascinante. Pensé: ?los cómics y la vanguardia molan?, y me convertí en Nick Cage.
Tras actuar en muchas películas independientes, ¿qué supuso para su carrera ganar un Óscar por su interpretación en Leaving Las Vegas (1995)?
Lo irónico es que gané ese premio en una época en que me decía a mí mismo: ?bueno, como nunca voy a ganar un Óscar, ¿qué más da que haga Leaving Las Vegas??. Nadie quería que hiciera esa película, intentaban convencerme de que no la hiciera porque pensaban que iba a ser desastrosa para mi carrera. Si lo piensas bien, se trata de una película independiente de tres millones de dólares de presupuesto sobre un borracho que acaba muriéndose, no es que te vayan a ver con muy buenos ojos. Lo que sucede es que cuando conecto con un guión de una forma orgánica y siento como una corazonada, lo hago les parezca bien o no a los demás. Si me conformara con hacer lo que opinan los demás que debo hacer, no tendría nada verdadero, que fuera mío; y algunas personas pueden crucificarme por ello, pero al menos sabré que he sido honesto conmigo mismo, y espero que la película les parezca auténtica a otras personas también porque todos estamos conectados.
¿Ha aceptado alguna vez protagonizar una película de uno de los grandes estudios para poder hacer proyectos más arriesgados?
Sí, en cierto modo hago películas de género para poder permitirme hacer otras más controvertidas; pero para mí ambas son expresiones sinceras, porque me gustan las películas de aventuras como La búsqueda (National Treasure) y también me gustan las que hacen pensar y tratan temas comprometidos, como Lord Of War. Creo que está bien que la gente vaya a ver una peli para relajarse y divertirse, es una experiencia válida, que disfruten de sus palomitas, huyan de sus problemas y dejen de preocuparse un rato; a la inversa también, creo que merece la pena crear personajes que se hacen preguntas trascendentes y te hacen pensar un poco. No quiero verme atrapado en una dieta estricta de un solo género, me aburriría y perdería el interés; al ampliar mis formas de expresión, mi paleta, me mantengo interesado y despierto. He asumido muchos riesgos y he hecho películas que no eran una garantía al 100 por cien de una carrera magnífica; pero he tenido que hacer películas que gustaban a mucha gente, y no sólo a un puñado de gente, para poder mantenerme a flote y que la maquinaria siga funcionando, si no quizá no me podrían ver en la pantalla mucho tiempo más.
¿Le gusta profundizar en un género y luego pasar a otro, como por ejemplo hacer películas de acción como La Roca después de historias de amor como Honeymoon in Vegas?
Sí, creo que después de La Roca, hice mi doblete de acción con Con Air y Cara a Cara (Face-off), porque ambas se estrenaron a la vez. No sé por qué pero las cosas siempre parecen venirme en tríos y me parece muy bien, porque así puedo llegar a dominar un género. O sea, pensaba que había hecho mi trilogía soleada, que es como llamo al material romántico light que he hecho (Luna de Miel en Las Vegas, con Sarah Jessica Parker; Tess y su Guardaespaldas, con Shirley McLaine, y Te Puede Pasar a ti, con Bridget Fonda) y que ya había explorado todos los aspectos de la comedia romántica. Luego tuve mi trilogía más oscura, con películas como Leaving Las Vegas, El Beso de la Muerte y Red Rock West, y después mi trilogía de acción. Y seguí con otra cosa, porque cuando cumpla setenta años quiero poder decir que lo he hecho todo.
¿Disfrutó de su interpretación de un superhéroe de cómic como Ghost Rider? ¿Se identifica con él, ya que conduce moto y tiene una personalidad sombría?
Sí, soy Ghost Rider, no cabe duda. Ghost Rider es, en realidad, un héroe sobrenatural, porque se mueve por ambos mundos, el de los fantasmas y el de los vivos; ha vendido su alma al diablo pero intenta hacer lo correcto, es un héroe sobrenatural que se enfrenta a las grandes cuestiones. Por las noches se convierte en un cazarrecompensas del diablo, cuando está cerca del mal lucha contra él y se lo devuelve al diablo; se transforma en una calavera con cuero negro y arde en llamas, es una tea humana, escupe llamas del infierno y monta en moto, es el mejor motero acrobático del mundo. Es un personaje de terror gótico, si lo piensas, es como el superhéroe gótico, de modo que va a ser divertida.
Debe de estar muy contento ahora que acaba de tener un niño con su joven esposa. ¿Cree que ser feliz en su vida privada contribuirá a un mayor éxito en su carrera?
Bueno, ahora lo que intento en mi vida es mantenerme en un estado de ánimo más neutral, más que sentirme eufórico o deprimido; quiero estar justo en el medio, y no jugar a un ping-pong emocional. Quiero estar tranquilo, y así podré ofrecer mucho más a los demás si estoy tranquilo. Si no estoy dando saltos de alegría o hundido en la miseria, sino justo en el medio, creo que puedo ser mucho más eficaz. Estoy trabajando en ello.