EL UNIVERSAL-AEE
BELGRADO, YUGOSLAVIA.- El féretro de Slobodan Milosevic, decorado con la bandera nacional, quedó expuesto al público ayer y cientos de personas le dieron el último adiós. Un enorme retrato en colores de Milosevic, montado en un marco, fue colocado frente al féretro en el Museo de la Revolución de Belgrado, antes dedicado al ex dictador yugoslavo Josip Broz Tito.
Milosevic murió el 11 de marzo en un centro de detención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Holanda, cerca del Tribunal para crímenes de guerra que lo juzgaba por genocidio y crímenes contra la humanidad.
Será enterrado mañana sábado en terrenos de la propiedad familiar en el pueblo industrial de Pozarevac, 50 kilómetros al sudeste de Belgrado. El Gobierno serbio se ha negado a darle un funeral con honores y ha dejado el entierro en manos de sus correligionarios socialistas y su familia.
Los seguidores de Milosevic, ancianos en su mayoría, hicieron cola en silencio por el camino empedrado que conduce a la entrada del museo.
Algunos sollozaban; muchos llevaban rosas rojas, el símbolo del Partido Socialista.
Después que se les negó el permiso para colocar el féretro en lugares públicos más destacados, incluido el parlamento federal en el centro de la ciudad, los socialistas optaron por el Museo de la Revolución.
El decrépito edificio en el distrito Dedinje de Belgrado exhibía los obsequios que recibió Tito durante su régimen, que duró desde la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 1981. Estaba cerrado desde hacía años debido a la falta de visitantes.
