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Niegan en IMSS atención especializada a paciente

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- La historia de la familia Espino se suma a la de muchos trabajadores de la Comarca Lagunera, quienes han tenido la necesidad de solicitar los servicios de urgencia del IMSS en un fin de semana, y no recibir la atención del personal médico especializado.

La historia de angustia es relatada por Manuela Ortega de Espino, esposa de Antonio Espino Muñoz, de 63 años, quien denuncia que ante la falta de médicos especializados, tuvieron no sólo que realizar labores de enfermería para controlar las hemorragias constantes de su esposo, sino que tomaron la decisión de trasladarlo a una clínica privada para ser atendido y evitar un desenlace fatal.

Molesta y dolida aún por la nula atención recibida por parte de los médicos especializados en el área de urgencias de la clínica 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el pasado seis de mayo del presente año, Manuela Ortega relata que el diez de abril de 2006 se le realizó a su esposo una operación de próstata en la clínica 16 del IMSS, por parte del doctor Contreras. Las cosas aparentemente iban bien, sin embargo, el día 23 de ese mismo mes, sufrió una hemorragia, la cual le fue controlada por personal médico de dicha institución, por lo que fue hospitalizado.

Su esposo fue dado de alta seis días después, sin embargo, sufrió nuevamente otra hemorragia el primero de mayo, misma que fue controlada. El tres de mayo, Antonio Espino tiene otra hemorragia, pero que fue controlada en ese momento sin necesidad de una hospitalización.

Desafortunadamente, el paciente tuvo molestias nuevamente el pasado seis de mayo, por lo que acuden el sábado por la mañana al área de urgencias de esta misma clínica para ser atendido. Aunque el personal médico logró controlar la hemorragia nuevamente mediante sonda al medio día, minutos más tarde tiene un segundo sangrado.

Ante la gravedad del asunto, personal médico informa a Manuela Espino que no se tienen médicos especialistas en la materia, por lo que le indican que debe localizar al doctor que lo operó para que lo revise y dé una orden. Para sorpresa de Manuela Espino, no fue posible encontrarlo por una sencilla razón: era su día de descanso, y no había personal de guardia para atender el caso.

Relata aún recordando esos momentos de angustia, que el personal médico le indicaba que estaba en su derecho de llamar a un doctor particular ante la gravedad de su esposo, por lo que decide llamar a la familia para que encuentren a un especialista en urología. A la espera de recibir algún tipo de apoyo por parte de los médicos de guardia, Manuela Espino busca desesperadamente al subdirector, cuyo nombre no recuerda, para que examinara a su esposo o diera alguna orden para aminorar el dolor.

Ante la frialdad del médico y a tener que esperar su turno como él mismo se lo dijo, la esposa de Antonio Espino comenta que lo más que logró del subdirector fue el que se le realizara una transfusión de sangre, cerca de las cuatro de la tarde.

Declara que ciertamente logró estabilizarlo, sin embargo, a las nueve de la noche el paciente sufre una nueva hemorragia, pero con una mayor intensidad a las anteriores. Sin encontrar aún un médico particular y, ante la ausencia de doctores especialistas en el área de urgencias, los familiares tuvieron que ponerse los guantes y ayudar en la limpieza, así como el comprar sondas que requería el paciente.

Manuela Espino comenta que fue informada por el personal que durante los fines de semana no hay médicos especialistas, por lo que el área de urgencias carece de personal. Sin poder hacer nada, y ante la recomendación de esperarse hasta el lunes por la tarde a que lo revisará el doctor Contreras, el domingo por la mañana acude un doctor particular a realizar la valuación correspondiente.

Ante una nueva hemorragia al medio día del domingo, Antonio Espino pide que lo saquen y lo trasladen a otro hospital para recibir una atención adecuada. El subdirector ante esta decisión pide esperarse hasta el día siguiente por la mañana, según relata Manuela Ortega, por lo que llega un momento que se opone al traslado y sugiere que en lugar de llevarlo a una clínica lo deje en su casa, por lo que le entrega una caja de soluciones hartmann para aliviar el dolor.

Afortunadamente para el paciente, fue internado en un hospital particular a la cinco de la tarde del domingo, siendo operado una hora después. La historia no tuvo un final trágico como en muchos casos, sin embargo, la esposa de Antonio Espino considera que es injusto que las empresas paguen las cuotas correspondientes de sus trabajadores o ex empleados, para que no reciban la atención que merecen, ya que los fines de semana no hay médicos de guardia.

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