EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Niños y sexualidad

Javier Fuentes de la Peña

“Buenos días niños. Como seguramente algunos de ustedes ya se habrán dado cuenta, su libro de Ciencias Naturales tiene unas páginas grapadas. En ellas hay cosas que no pueden ver. Cada mes voy a revisar sus libros y si descubro que alguien de ustedes le quitó alguna grapa, no sólo va a ser castigado fuertemente por mí, sino también por Dios, pues ver esas páginas es pecado”.

Eso sucedía en algunas escuelas privadas del Estado y sinceramente desconozco si ocurra todavía. Las páginas que hablaban de sexualidad eran cosa del demonio y por nada del mundo debían ser vistas por criaturas inocentes. Lo que no sabían quienes ordenaban aquella prohibición es que estaban alimentando el morbo en los niños y el deseo de conocer lo “prohibido”.

Muchos de esos pequeños trataban de ver entre grapa y grapa qué tenían aquellas páginas prohibidas y esperaban ansiosamente a que se terminara el año para poder deshacer ese sello moralista.

Lamentablemente esas páginas de educación sexual fueron vistas más bien como una revista pornográfica.

Por fortuna, actualmente el tema de la sexualidad es tratado desde la Primaria. Sin embargo, esto resulta todavía escandaloso para algunos moralistas quienes suelen elevar el tono de sus voces para condenar lo que a sus ojos resulta pernicioso.

“¿Cómo es posible que se hable de sexo a un niño?”. “¿No está el mundo tan descarriado como para comenzar a fomentar la concupiscencia entre la infancia?”. “Con eso de la educación sexual sólo se va a aumentar la promiscuidad en México y viviremos en un ambiente donde reinará el libertinaje”.

Sin lugar a dudas, el sexo es un tema que debe ser tratado en todas las escuelas, pues es un proceso biológico que da origen a la vida. No entiendo cómo pretenden enseñar ciencias naturales y se niegan a hablar sobre el mayor milagro de la naturaleza: la procreación de un ser humano.

Por no haber tenido una adecuada educación sexual, los mexicanos sufrimos grandes problemas que afectan al desarrollo social. Uno de ellos es la sobrepoblación. Qué diferente realidad viviríamos en nuestro país si no fuéramos más de cien millones de habitantes. De seguro habría menos pobreza, existirían más oportunidades de trabajo y de recibir una educación digna, y sobre todo, los mexicanos podríamos llevar una mejor vida, sin tener que lamentarnos por la falta de alimento, de agua y de servicios básicos.

Otro problema que se deriva de la deficiente educación sexual es el de los embarazos durante la adolescencia. Según el INEGI, más del 20 por ciento de los embarazos que ocurre al año son de niñas y adolescentes de entre 12 y 19 años, lo cual se traduce en más de medio millón de nacimientos al año. Las mujeres que tienen sus hijos en la adolescencia tienen que enfrentar serios problemas al ver truncado su proceso normal de desarrollo y al asumir una maternidad temprana sin ninguna experiencia.

El sector de la población más atacado por el Sida es el de los jóvenes. Estoy seguro que con una buena educación sexual existirían menos seres humanos con este virus, pues como han dicho, la única vacuna contra el Sida es la información.

Estoy consciente que un niño de Primaria es muy pequeño para que le hablen del Sida, de explosión demográfica o de los problemas de las madres adolescentes, pero qué mejor que irlos familiarizando con estos temas y así evitar que cuando lleguen a ser sexualmente activos, vivan en medio de la ignorancia.

No estamos ya en los tiempos de las páginas prohibidas. Ojalá que rinda frutos esa educación sexual otorgada en todas las primarias del país, para que así desaparezcan viejos tabúes y se resuelvan algunos problemas sociales que tanto afectan a nuestro México.

javier_fuentes@hotmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 208614

elsiglo.mx