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No a la violencia ni al silencio/Plaza Pública

Miguel Ángel Granados Chapa

Propietarios y directores de casi todos los periódicos importantes en las principales ciudades mexicanas percibieron de inmediato la trascendencia del ataque armado al diario El Mañana, de Nuevo Laredo, ocurrido la noche del lunes pasado, y ya el miércoles habían consensuado un mensaje de aliento al diario agredido (y a su reportero Jaime Orozco Tey, que permanece en estado grave) que se publicó profusamente ayer jueves bajo el título “No a la violencia, no al silencio”.

Además de competidores en el mercado periodístico, buena parte de los medios cuyos representantes firmaron ese mensaje son rivales entre sí, ya por sus concepciones del negocio y el oficio de informar, ya por coyunturas que los han puesto frente a frente, a veces con radical aspereza. Pero ante el desafío del poder delincuencial, toda diferencia quedó depuesta. Consideraron que así lo demanda la gravedad del atentado que ofende a un periódico en particular, pero es una amenaza al periodismo en general.

Todos los suscriptores del mensaje evidenciaron al firmarlo su conciencia de que nadie está exento de riesgos ante la vileza de la delincuencia organizada, y ante el poder corrupto que con su ineficacia pone la impunidad, ese otro elemento del binomio que espanta a la sociedad. Esos directivos representan a medio centenar de publicaciones del Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara y de los estados de Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Yucatán.

Sus tirajes cuentan entre los más numerosos del país y son los más confiables e influyentes en sus comunidades. Su voz, por lo tanto, expresa en amplia medida no sólo su sentir empresarial y profesional sino el de la sociedad en conexión con la cual realizan su trabajo.

Líneas abajo reproduciré el contenido íntegro del mensaje. No considero redundante hacerlo aunque haya sido publicado en este periódico. Sugiero a los participantes en las páginas editoriales de los diarios que hicieron el llamamiento a que me refiero, a que lo reproduzcan también.

Aunque profesemos credos muy variados en las materias que nos ocupamos, solemos no estar distanciados de las convicciones periodísticas de los editores que alojan nuestro parecer profesional. Pero en este caso me parece indispensable expresarlo enfáticamente.

Los opinadores, los periodistas en general tienen también una solidaridad que expresar, Los firmantes declararon su “indignación ante el grado de violencia que el narcotráfico ha escalado contra la sociedad y, en particular, contra el ejercicio del periodismo. Esa brutalidad se expresó la noche del lunes seis de febrero, cuando un comando armado tomó por asalto las instalaciones del periódico El Mañana de Nuevo Laredo, donde disparó ráfagas de metralleta e hizo estallar una granada de fragmentación, un hecho intimidatorio de magnitud no conocida jamás en México. Durante los hechos resultó gravemente herido un periodista de esa casa editorial.

“El Mañana fue anfitrión, el pasado 26 de enero, de un seminario para periodistas, con el ánimo de dotarlos de mejores herramientas técnicas, profesionales y éticas en coberturas de alto riesgo, especialmente el narcotráfico. Ese seminario, al que acudieron más de 130 periodistas de México, Estados Unidos, el Caribe y Sudamérica, dio cumplimiento a la Declaración de Hermosillo, firmada en agosto pasado por más de 40 editores de ciudades fronterizas que por primera vez se reunieron para presentar un frente común ante la violencia criminal. Muertes y desapariciones de hombres y mujeres de la prensa, se recordó entonces, han colocado a México, durante los últimos meses, en el primer lugar entre los países del continente en ese ominoso tema”.

En ese encuentro celebrado en la capital de Sonora y apoyados por colegas de la Sociedad interamericana de prensa (SIP), agrupación hemisférica genuinamente preocupada por esta situación, se determinó alertar a la ciudadanía sobre el daño que esta violencia criminal causa en el clima de libertades políticas en el país.

“Expresamos hoy nuestra convicción de que el impacto de esta violencia contra periodistas se expresa también en un clima de intimidación que acalla múltiples voces, mutila a la sociedad sus mecanismos de convivencia e impone una muerte lenta a la libertad misma. No es solamente el derecho a la vida lo que resulta cancelado, sino el derecho a la expresión libre de las ideas y el derecho de los ciudadanos a estar informados”.

“Con este contexto, este día reiteramos las siguientes convicciones: 1.- Es obligación de las autoridades mexicanas, tanto en el ámbito federal como en el estatal, esclarecer los crímenes cometidos contra periodistas en México. Es el caso del reciente atentado contra las instalaciones de El Mañana y sus trabajadores, en cuya protección deben otorgarse en lo inmediato medidas precautorias. 2. Mantendremos canales de comunicación para extender esquemas de solidaridad en favor de nuestros colegas de todo el país, acosados por el crimen organizado. 3. Impulsaremos los trabajos del proyecto Fénix, que integrará a un equipo especial de reporteros de investigación, provenientes de diversas casas editoriales, para profundizar en las indagaciones periodísticas que realizaban los periodistas victimados. El producto del trabajo de este equipo especial será publicado en todos los diarios participantes en este esfuerzo, así como en estaciones de radio y televisión que determinen sumarse”.

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