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No hagas cosas buenas...| Ahora los Consorcios, para mala fortuna

Enrique Irazoqui

Habrá que verse en qué acaba el destape de la empresa proyectista situada extrañamente en Monterrey, Nuevo León, de nombre Consorcio Constructivo. La nota causó el revuelo requerido, con eso de que aparentemente uno de los accionistas minoritarios, Óscar Moreira Flores, es tío del titular del Poder Ejecutivo del Estado, el profe Humberto Moreira.

De entrada esto simplemente huele mal. Pero hay más; además de ser un socio menor, resulta que el mayoritario del hoy famoso Consorcio Constructivo es subordinado del propio pariente del gobernador, ya que ocupa la plaza de director del Instituto de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León, empleo que es jerárquicamente menor al del propio Moreira Flores. Para rematar, la fecha de fundación de la citada empresa es apenas de diciembre del año pasado, días después del ascenso de Moreira Valdés al poder. Vaya, no hay mucho más que agregar.

Definitivamente a los laguneros de Coahuila, específicamente a los de Torreón, les sigue lloviendo sobre mojado. Después de lo áspero del inicio que ha sido la relación con el Gobe, ahora resulta que el escándalo cae precisamente sobre cinco obras que se van ?o iban? a realizar en la casi centenaria ciudad, más otras 26 obras en otras partes de Coahuila. Para acabarla, uno de los dichosos proyectos ha tenido que ser postergado, el más urgente quizá, es el crucero conocido como el Nudo Mixteco que es hoy una locura a horas pico.

Es menester que de una vez se pongan a trabajar en esa obra, so pena de seguir postergando la solución de ese caos vial que se genera en el ya saturado crucero. Por eso lo doblemente preocupante del asunto de Consorcio. Ya que además de ser presuntamente un caso claro de tráfico de influencias, el asunto de la empresa regia, puede ser un nuevo lastre que impida nuevamente el inicio de los puentes anunciados para el beneficio de la comunidad.

Ése es un punto que no hay que perder de vista. Ayer el secretario de Obras Públicas del Estado, paradójicamente lagunero, Eduardo Olmos, ha hecho lo único que le correspondía; defender con mera retórica el asunto de los afortunados miembros de Consorcio Constructivo, que en menos de un año se adjudicaron los derechos de nada menos que 31 Obras. El gobernador Moreira simplemente se remitió a consignar el asunto a la dependencia encargada de hurgar en los actos realizados en la función pública para vigilar que se observe la normatividad aplicable, lo que remite a lo que siempre para en México: al tiempo ?y no mucho por cierto- todo se olvida.

Ojalá y se tenga la suerte que este asunto se aclare y si hubo responsabilidades jurídicas, vengan las sanciones. Si ello llegara a suceder, en el imaginario de los coahuilenses se sentará un precedente: que en el Gobierno de Humberto Moreira, todo aquel que intente pasarse de vivo, deberá pensarlo dos veces. Sin embargo, también debemos exigir y participar en lo que toca a cada uno de los habitantes de la Comarca Lagunera de Coahuila, incluso apremiar a los municipios y sus respectivos ayuntamientos, a que se pongan las pilas y coadyuven a que el Gobierno Estatal haga las obras.

Porque basta darse una vuelta a Saltillo, para ver que en cuestión de obras viales, simplemente van a otro ritmo ¿será que la animadversión de nuestro alcalde influya para que se traduzca en demoras innecesarias? Es definitivamente una posibilidad, apelemos entonces al buen criterio de nuestras autoridades para que lleven a cabo satisfactoriamente el mandato que cada quien ha recibido en las urnas.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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