El martes pasado con bombo y platillo se formalizó el anuncio de la inversión que pretende hacer de manera conjunta el Gobierno del estado de Coahuila y el municipio de Torreón, representados por Humberto Moreira y José Ángel Pérez respectivamente, en materia de obra pública en la ciudad de Torreón.
El anuncio de entrada suena satisfactorio, ya que una ciudad con mejores vialidades es simplemente una ciudad mejor y unas arterias modernas la impulsan siempre hacia un desarrollo más pronunciado. Enhorabuena entonces.
Sin embargo, ahora la sociedad tendrá que estar mucho más atenta a la aplicación de los recursos y a que la misma calidad se aplique en las obras. Para nadie es un secreto que el Gobierno de Enrique Martínez y Martínez, vio cómo su imagen se manchaba y su reputación y capacidad amainaban debido a la pésima ejecución del Distribuidor Vial Revolución, paso elevado de bella arquitectura pero que en su funcionalidad demuestra a leguas que está mal hecho.
Recordamos que un caso similar sucedió con un puente en la capital, pero Martínez consideró que en la sede de su Gobierno no podría haber una obra que lo hiciera pasar vergüenzas, como aunque nunca lo reconoció, se las hizo pasar el famoso DVR. Una mancha más al tigre justo cuando su mandato llegaba al ocaso, las marchas forzadas en terminar el Periférico a ocho carriles, le llevaron a que los materiales y detalles generales del mismo, fueran también de pésima calidad.
Es por ello que el anuncio de la solución al Nudo Mixteco, ubicado en la confluencia de los bulevares Independencia y Constitución y la avenida Iberoamericana, será un excelente sinodal para ir tomando la medida de la capacidad de nuestras nuevas autoridades en la ejecución de sus proyectos y de paso será una excelente oportunidad para el político Eduardo Olmos, el demostrar que el gobernador no se equivocó al nombrarlo a él en lugar de un técnico en el puesto que hoy ocupa.
Detalle también importante de observar, será sin lugar a dudas el fondeo de los ochocientos millones, porque ya el gobernador ha abierto la posibilidad de accederlos vía empréstitos bancarios, lo que sería una novedad en el Estado, ya que su predecesor se cansó de gritar a los cuatro vientos que terminaba su régimen con cero deuda -aunque se le olvidó decir que dejaba cuentas pendientes por el orden de los (coincidentemente) ochocientos millones de pesos; cuestión de semántica dirían algunos-.
Los comentarios serán encontrados, sobre el beneficio de contratar préstamos, pero en la sensatez esa discusión debe quedar en segundo lugar, lo importante será exigir que si efectivamente se opta por allegarse recursos por endeudamiento, los mismos sean manejados de una manera estrictamente responsable, además que la aplicación de los mismos sea para utilidad pública y generen riqueza directa o indirecta para que se justifique el pago de los réditos de un tentativo crédito que finalmente los coahuilenses y los laguneros del estado de Moreira, tendríamos que pagar.
Esperemos entonces que Olmos demuestre en los hechos que es realmente capaz en la función pública y de nuestro alcalde esperar que cumpla con creces lo que tantas veces prometió acerca de las obras en Torreón.