Finalmente cupo un poco de cordura en el titular del Poder Ejecutivo Federal y de último momento decidió dar la tradicional ceremonia del Grito de Independencia en Dolores Hidalgo, Guanajuato y evitarnos la pena a todos los mexicanos de ver humillada la institución presidencial por las huestes de Andrés Manuel López Obrador, quien en primera instancia puede sentirse satisfecho: hoy ha hecho gala de su poder, orillando al presidente a buscar otra sede para tan folklórica ceremonia.
Para su mala fortuna -y para bien de México-, la ciudadanía no le dio más facultades al tabasqueño y por ello perdió la elección, la historia hará su juicio sobre su quehacer, que a mi parecer lo ubicará en lo que es: un luchador social genuino, pero con una inteligencia que no pudo darle para más de lo que hoy es: un agitador de masas e irreverente con los derechos de terceros; un individuo que sabe hacer de la debilidad de México que prevalezca el Estado de Derecho, su instrumento de presión.
Alejandro Encinas, hoy titular de la Jefatura del Distrito Federal, fue la persona en donde los dos políticos encontraron la salida a una crisis absolutamente innecesaria, a la que nos conducíamos, ya que sólo lastimaría al Estado mexicano, porque ninguno de los dos ?tanto el presidente Fox como el Pejelagarto- estaban dispuestos a ceder al otro.
Existía también la tradición que los presidentes celebraran el quince de septiembre de su quinto año en el poder, en la cuna de la Independencia, pero ésta fue suspendida por Ernesto Zedillo, quien no permitió que Cuauhtémoc Cárdenas, entonces jefe de Gobierno del DF encabezara la ceremonia.
Lo mismo hizo Vicente Fox el año pasado, jamás daría su venia el panista para que su acérrimo rival -El Peje- ejecutara el Grito en ausencia del presidente en turno; pero el antecedente de no ver al presidente en Palacio Nacional ya estaba creado, así que la salida estaba a la vista de todos, era cosa de claridad mental para tomarla.
Lo que parecía que irremediablemente sería un espectáculo de baja ralea, la noche de hoy será un triunfo al final para Fox, las cámaras de televisión darán el espacio en primera instancia al jefe del Estado Mexicano y el Grito en la capital del país quedará en segundo término mediático.
No faltará quien señale que nuevamente Fox ha dado muestras de debilidad, sin embargo, es esta ocasión ha dado muestras de prudencia. López necesita a como dé lugar un mártir, él ruega a todos los dioses que la Presidencia se suba al ring como antaño; hoy parece para bien que el actual inquilino de Los Pinos, ha sabido aprender la lección y no permite ya lo que AMLO consiguió por muchos años: usar la torpeza de la Presidencia que respondía como niño emberrinchado cada vez que el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal atacaba a su Gobierno.
Hoy cuando languidece el mandato de Fox, parece que al fin, la cordura ha llegado, aunque sea a gritos.
OJALÁ QUE EN OBRAS
EN COAHUILA TAMBIÉN QUEPA CORDURA
Bonito relajo se traen en Obras Públicas del Estado. Primero las diferencias tangibles con la Administración Municipal para el inicio de las obras prometidas, que han hecho que a más de diez meses que el profesor Humberto Moreira asumiera el cargo de gobernador de Coahuila, hoy los laguneros ?entre los que se cuenta al titular de Obras Públicas, Eduardo Olmos- vemos que pasan los días y nada más no arranca el Gobierno del Estado en ese rubro.
Se podrá decir que la Presidencia Municipal de Torreón y sus órganos de gestión tendrán responsabilidad, que por supuesto cabe la posibilidad, pero la denuncia pública del senador Saro acerca de las inconsistencias repetitivas han frenado la liberación de 400 millones de pesos de la Federación para invertirse en el Estado, simplemente hacen que todo mundo dude ya de la capacidad de Olmos en el puesto.
Hoy se anuncia que ha quedado resuelta parte del problema, pero la duda persistirá hasta no ver resultados reales en obras que beneficien al pueblo.
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