Con ese resultado, el mundo entero se pudo constatar que la opción perredista era un verdadero peligro para México. Si bien es cierto que queda mucho camino por recorrer para lograr una nación más digna, también lo es que hay avances hacia el progreso. Todos pudieron darse cuenta de la clase de tipos detestables ?por supuesto, con muy honrosas excepciones- que conforman el dichoso Partido de la Revolución Democrática. Los plantones y colapso de una región muy importante del Distrito Federal y el reciente espectáculo del pasado primero de diciembre, son claros ejemplos de qué tipo de calaña son muchos de los miembros de la institución política que fundara entre otros, Cuauhtémoc Cárdenas.
Colorín colorado, esta elección se ha acabado. Por fin concluyó el proceso electoral más competido y crispado en la historia reciente de nuestro país. A las doce del medio día del pasado cinco de septiembre ?apenas un día antes del plazo legal- el Tribunal Electoral Federal rindió su dictamen y por unanimidad declaró presidente electo al panista Felipe Calderón.
¡Cuántas lecciones hemos tenido en tan pocos meses los mexicanos! La más impresionante. El odio real de las clases sociales de nuestro país. Ese es el punto más importante. O nos damos cuenta de lo injusta que es nuestra patria o se seguirá estirando la liga hasta que ésta no pueda más y venga el desbordamiento.
Una segunda lección es que el presidente Vicente Fox está ya fuera de sí. Como Luis Echeverría, José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari. El poder presidencial nubló la cabeza del titular del Ejecutivo Federal, que afortunadamente deja el cargo el próximo 30 de noviembre. Vicente Fox Quesada fue señalado explícitamente como un hombre que puso en riesgo la elección presidencial. El hombre que pasará a la historia como aquel que finalizó una dictadura partidista de más de setenta años por la vía democrática, termina su mandato siendo un riesgo para la propia democracia. Y aún peor, luego de la sentencia, tiene el cinismo de rechazarla. Es igual que AMLO, ambos niegan los puntos que no les son convenientes y el presidente tan tranquilo.
Una tercera lección es la gran fortuna que López Obrador perdió tras las elecciones. Con aproximadamente 230 mil votos de diferencia, de los casi treinta millones de votos que obtuvieron Calderón y el propio ?Pejelagarto?.
Con ese resultado, el mundo entero se pudo constatar que la opción perredista era un verdadero peligro para México. Si bien es cierto que queda mucho camino por recorrer para lograr una nación más digna, también lo es que hay avances hacia el progreso. Todos pudieron darse cuenta de la clase de tipos detestables ?por supuesto, con muy honrosas excepciones- que conforma el dichoso Partido de la Revolución Democrática. Los plantones y colapso de una región muy importante del Distrito Federal y el reciente espectáculo del pasado primero de septiembre, son claros ejemplos de qué tipo de calaña son muchos de los miembros de la institución política que fundara entre otros, Cuauhtémoc Cárdenas.
La cuarta es que muchos mexicanos viven en desasosiego, cientos de personas humildes estallaron en llanto fidedigno al publicarse la sentencia del triunfo de Calderón. AMLO supo explotar la debilidad de la gente pobre para entusiasmarlos con un cambio prometido de sacar por fin a los pobres de su perenne escasez. Con la declaración oficial del Trife, murió una esperanza de reivindicación de las clases oprimidas.
La conclusión está clara, Felipe tendrá que forzosamente incorporar como prioritario el combate frontal a la pobreza y a la desigualdad o condenará a México a seguir teniendo personas autoritarias y populistas como López Obrador, que enarbolando la bandera de la justicia social, tan pisoteada por todos los mexicanos, puede algún día materializar ese peligro que representa.
Son éstas algunas lecciones para todos, aunque tradicionalmente el pueblo goza de mala memoria, ojalá en esta ocasión sí entendamos.
No seas Peje Gobernador
En Coahuila también hace aire. Con el cambio de Gobierno vino también un radical estilo de gobernar del mandatario en turno. Ha quedado atrás el estilo elitista de Enrique Martínez por uno social del gobernador Moreira. Hay un viso de riesgo del profesor Humberto Moreira, es claro que ha alcanzado el poder siendo muy joven y tal vez por eso ha dejado mucho a su víscera actuar. Es innegable que Moreira tiene una visión mucho más preocupada por los sectores más necesitados de Coahuila, pero corremos el riesgo que el profesor tome un camino de
Gobierno como el de López Obrador.
Ojalá en 2011 cuando echemos la vista atrás, el sexenio del gobernador en turno se recuerde como el que supo asistir con eficacia a los menos favorecidos, pero que también fue capaz de conducir al Estado con capacidad administrativa que le permitió su desarrollo. eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx