Por descuido de la gente, en invierno suele registrarse un ligero aumento en las enfermedades gastrointestinales.
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- A pesar de las bajas temperaturas, debe tenerse un cuidado especial en el manejo y la preparación de los alimentos, pues de lo contrario se corre el riesgo de padecer enfermedades de tipo gastrointestinal.
Según información de la Secretaría de Salud, en esta temporada es cuando la gente pone menos cuidado en la conservación de los alimentos, confiando en que la ausencia de calor permite que se conserven por más tiempo aun estando a la intemperie.
Por este motivo, también se llega a registrar un ligero aumento en las infecciones gastrointestinales, aunque no en la misma proporción que las de tipo respiratorio.
Sin embargo, es necesario que la comida esté en condiciones aptas para consumo a fin de preservar la salud, ante lo que es necesario reducir el consumo de alimentos enlatados o en envases que se observen abultados, pues podrían contener bacterias causantes de algunas enfermedades.
Cuando se compran alimentos refrigerados y congelados, éstos deben ser colocados en el refrigerador lo más pronto posible.
Tratándose de las carnes, por ningún motivo éstas deben consumirse crudas, como tampoco se debe colocar la carne ni el pollo ya cocinados, en el mismo recipiente en el que estaban antes de cocerse. Lo ideal es que cuando éstos se descongelan sean cocinados de inmediato y se evite volver a congelarlos, ya que podrían desarrollar una descomposición más rápida.
Después que se cocinan, las carnes y el pollo pueden ser consumidos hasta tres o cuatro días después si se les mantiene en el refrigerador, pues se considera que después de este lapso comienzan a descomponerse y a representar un riesgo para la salud.
Según la Secretaría de Salud, en el caso de los pescados y mariscos, lo recomendable es evitarlos cuando éstos despidan un olor intenso y desagradable al momento de comprarlos, o se observen de color opaco; una vez que se han adquirido estos productos, deben ser preparados antes que transcurran 24 horas o en todo caso, congelarlos de inmediato.
Los huevos también deben mantenerse refrigerados, de manera que puedan comerse en el transcurso de las tres a cinco semanas después de haberlos comprado; no es recomendable ingerirlos crudos o mezclarlos en malteadas, pues existe el riesgo de contraer salmonelosis.
Las frutas y verduras deben lavarse a la perfección y someterse a un proceso de desinfección antes de consumirse, utilizando una gota de cloro o desinfectantes que se ofrecen en los centros comerciales.
Atención
Dentro de las principales medidas para el adecuado manejo de los alimentos a fin de evitar infecciones gastrointestinales, figuran:
· Deshielar los alimentos congelados dentro del refrigerador o en el horno de microondas, pero no al aire libre.
· Evitar que la carne cocida sea colocada en recipientes sin lavar que fueron utilizados antes de cocerse.
· Procurar la refrigeración de los alimentos que ya están cocinados, pues aunque hay bajas temperaturas, las variantes del clima pueden descomponerlos.
FUENTE: Secretaría de Salud
