Dallas, Texas
Elvira Arellano, una mexicana pro derechos de los inmigrantes en Chicago, se mantiene refugiada desde hace dos días en una pequeña iglesia de esa ciudad, con el fin de que el lugar le sirva de santuario y la proteja de la deportación.
La mujer indocumentada de 31 años de edad, debió reportarse el martes a las autoridades de inmigración para ser regresada a México, pero en lugar de ello solicitó asilo a los pastores de la Iglesia Metodista Unida Adalberto, ubicada cerca de su vivienda.
Arellano se rehúsa a ser deportada ante el temor de que esto la pueda separar de Saúl, su hijo de siete años de edad nacido en Estados Unidos.
?Yo no soy una terrorista, no soy una delincuente. Soy una mamá y él es mi hijo?, dijo Arellano en medio de sollozos al hablar con periodistas que la visitaron en la Iglesia ayer miércoles.
?Soy una madre soltera. Mi hijo es ciudadano (estadounidense)?, dijo.
La mujer cruzó en forma ilegal la frontera en 1997 y fue detenida y deportada. Poco después reingresó al país y residió de manera indocumentada en Oregon durante tres años antes de mudarse a Chicago en el año 2000.
Arellano encontró en esa ciudad un trabajo como afanadora de limpieza en el Aeropuerto Internacional O?Hare, donde fue detenida en 2002 en una redada orientada a detener empleados que utilizaban documentos falsos para trabajar en la terminal.
Tras un largo proceso legal, la inmigrante fue declarada culpable de utilizar un número de seguro social falso y se le ordenó entregarse a las autoridades migratorias el pasado martes, pero en vez de eso buscó refugio en la iglesia.