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NORMATIVIDAD AGROPECUARIA | AGROPECUARIA

Agustín Cabral Martell

¿CUÁL SERÁ LA DIRECCIÓN ADECUADA PARA EL SECTOR AGROPECUARIO?

En los estados del país los gobiernos están poniendo especial atención a producir sus propios alimentos a fin de que no repercuta en la encrucijada del Tratado de Libre Comercio, sin embargo la Sagarpa recibe planes y más planes de desarrollo rural tendientes a mejorar la producción y productividad, sin miras a dar una respuesta a las exigencias internacionales, el hecho es que debemos producir más y mejor para satisfacer nuestras propias necesidades.

El tema del campo nacional ocupa los diarios y a diario, pero la dimensión del TLC está muy lejos de ser valorada en toda su extensión ni mucho menos la repercusión en el agro nacional. Es estéril, a estas alturas pensar que el sector agropecuario no se debió incluir en el TLC, la claridad del desequilibrio económico entre los tres países siempre ha sido obvio y la competitividad no se dará si primero no se abastece a México, la autosuficiencia alimentaria nacional ?brilla por su ausencia?.

La instrumentación del TLC desde su inicio fue mal planteada y ahora aparecen las consecuencias, los profesores universitarios con capacidad técnica-científica y disposición de apoyo al Gobierno Federal no se dio porque no les hicieron caso, se cree que su trabajo consiste únicamente en estar dando clases a ?cuatro paredes? y no conocen la realidad, lo político se dio y a manos llenas y esto repercutió en que no se tuvo la visión necesaria para entrar a esta competencia desleal, dentro de esa visión lógicamente, se encuentra la calidad de la tierra para siembra, los subsidios, la propia economía y mil cosas más.

En el aspecto normativo, México cuenta con un marco normativo agrario que desde la ley de la reforma agraria, luego la ley agraria que deja fuera (deroga) a todo el esquema legal-productivo, incluyendo la base legal que sustentaba el entonces Plan Nacional de Desarrollo, jamás en nuestra historia un plan nacional se había quedado sin base para su ejecución. Viene luego (después de bastante tiempo, incluyendo el cambio de poderes federales) la ley de desarrollo rural sustentable y la ley de capitalización de Procampo. Por otro lado desde el punto de vista sanitario, se promulga la ley de sanidad animal y la ley de sanidad vegetal, ley de vida silvestre (por si acaso hace falta), pero el problema de la salud pública persiste porque los rastros municipales son un asco (con sus excepciones).

Por lo que toca a lo social todos sabemos que cinco millones de estadounidenses viven del campo, y en México son veinticinco millones (más de 20 veces) problema social por demás desequilibrado. Los agricultores y ganaderos por mucho tiempo vieron su actividad como su propio sustento pero nunca como un buen negocio, ya que reinaba el autoconsumo, pero en Estados Unidos sucedió que la gente de campo veía la gran oportunidad en los asentamientos humanos y de ahí el crecimiento y fortuna al crecer cada vez las ciudades. Esta gran diferencia jamás se verá equilibrada.

La esperanza quizás sea que los acuerdos tomados en el Diálogo por una Política de Estado para el Campo, por la Secretaría de Gobernación, la de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, así como la Secretaría de Economía realmente sean factibles de llevarlos a cabo y no queden en un papel como muchos, y se convierta sólo en una buena intención más.

En el ámbito de aplicación territorial de las normas que rigen el sector agropecuario debe existir una congruencia respecto a los planes y programas productivos y de acuerdo a sus circunstancias, tomando en cuenta a todos los sectores productivos, no solamente los que están detrás de un escritorio, sino aquellos hombres y mujeres que viven en el campo y para el campo, además a las personas que sin ser políticos se dedican a planificar la producción de manera aislada y privada con el único propósito de hacer crecer nuestra economía y mejorar las condiciones de vida de la población. Mientras no exista disciplina normativa y técnica en su diaria aplicación, el desorden nos seguirá llevando a la ruina total. El partidismo legislativo, parte las decisiones, parte las buenas intenciones y parte al país.

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