TENGO 25 AÑOS
Sí, ya hace 25 años que me di a la tarea de elaborar esta columna que al principio no había la posibilidad de que tuviera mucha vida editorial, sin embargo dados los cambios que han sucedido a lo largo de este tiempo, la normatividad agropecuaria ha seguido como base para la productividad agroalimentaria nacional con cambios continuos de acuerdo a las exigencias nacionales, y ahora con los tratados comerciales, exigencias internacionales, a fin de tener las posibilidades de importar y exportar alimentos.
Esta columna me ha traído muchas satisfacciones personales y profesionales. Una de ellas, y creo que la más importante, es el hecho de los múltiples agradecimientos de productores agropecuarios, de instituciones oficiales y escuelas de nivel medio superior y superior, en donde se ha aprovechado lo aquí vertido para mayor claridad de sus planes y programas de estudio en esta área.
He de agradecer primeramente a ?EL SIGLO DE TORREON? por haberme dado la oportunidad de publicar y llegar a las personas que leen este prestigiado periódico para beneficio en sus labores diarias en el campo.
He tenido la oportunidad de ir a las escuelas rurales secundarias y medio superior a realizar pláticas sobre este tema y me llena de orgullo percatarme de que los recortes del periódico de mi columna aparezcan en los tableros de los periódicos murales como parte de su proceso educativo.
Para capitalizar todo el material que se ha editado cada domingo en El Siglo de Torreón se le ha dado el tratamiento editorial adecuado con el objeto de que sea aprovechado a mayor número de productores y para ello, elaboré un texto, que ha trascendido a instituciones nacionales e internacionales, así como servir de texto de apoyo docente a diversas escuelas y facultades del sector agropecuario nacional.
Agradezco a los productores rurales por la aceptación de este material editorial que se ha utilizado también para apoyarlos en sus problemas legales.
El material editorial, base de la elaboración de estos artículos, ha sido el resultado de los proyectos de investigación que se llevan a cabo en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro en la Unidad Laguna, (UAAANUL) específicamente en el Departamento de Ciencias Socioeconómicas, en donde me encuentro adjunto y como titular de cada uno de estos proyectos. A la vez han colaborado los estudiantes de Agronomía, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Procesos Ambientales y de Agroecología en sus diferentes trabajos de tesis, para que finalmente adquieran su título profesional.
La participación continua en eventos técnico-científicos ha sido primordial para adquirir la experiencia necesaria, así como material de primera mano para darlo a conocer por este medio, lo mismo sucede con el material proporcionado por la Unión Ganadera Regional de la Laguna y la Unión Ganadera Regional del Norte del Estado de Durango.
Por otra parte la Secretaría de Gobernación, de la oficina del Diario Oficial de la Federación, envía todas aquellas normas del sector agropecuario en el momento que son publicadas aquellas reformas que sucedan a las leyes, reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas.
La historia de esta columna está ahora, ha sido siempre bajo la sombra de todo un equipo de trabajo que se va renovando a medida que los egresados de la UAAANUL van a formar parte del mundo productivo profesional.
Enriquecedoras también han sido las visitas que se realizan a diversas universidades tanto nacionales como extranjeras, de ahí la experiencia plasmada en algunos artículos.
La tarea editorial periodística no ha sido del todo fácil, ya que en ocasiones sucede que me encuentro fuera de la ciudad y no envío el artículo a tiempo, o bien en donde me encuentro me es prácticamente imposible mandar mi aportación, pero nunca ha sido por falta de material puesto que la normatividad agropecuaria abarca tanto la producción agrícola, ganadera y forestal, que por la continua actividad en estas áreas, siempre existe material disponible.
Sentar las bases legales para fomentar la actividad agroalimentaria es necesario para que exista transparencia en los recursos económicos asignados para ello, así como normar la calidad de los alimentos que provoca la oportunidad de exportar estos productos. Con la normatividad agropecuaria los productores rurales podrán constituir la figura asociativa que mejor oportunidades les brinde en los cultivos de mayor demanda y su comercialización.
Seguiré adelante en esta tarea editorial para apoyo del hombre de campo.
Mil gracias por la aceptación a todos los lectores de esta columna que tiene como propósito exclusiva-mente el lograr mayor y mejor producción agropecuaria y las personas dedicadas a ello.
