ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA. A. C.
(PSILAC)
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
(SEGUNDA PARTE)
Uno de los grandes adelantos y de las ventajas de la apertura que existe en nuestra época, si bien no todos estarían de acuerdo al respecto, es definitivamente el derecho que cada hombre y mujer tiene, respecto a su deseo y decisión de tener hijos. Al formar una pareja, es importante que ambos puedan hablar, compartir y negociar seriamente sobre su deseo, su capacidad y su potencial para ser padres o madres. Igualmente importante será la forma como ambos se preparen para poder enfrentar una responsabilidad tan seria e importante como ésta, y que además, una vez tomada, persiste para toda la vida, sin que se pueda renunciar a ella ni desecharla como si se tratara de algún trabajo que ya no nos gusta, ni nos satisface. Por lo mismo, me parece extraordinario que un buen porcentaje de parejas de nuestro tiempo, se están dando a sí mismos la oportunidad de vivir un tiempo juntos, sea como una pareja en matrimonio civil y religioso, o simplemente como un estilo de unión libre. En esa forma, se pueden conocer mejor, aprenden a convivir y a compartir, a definir y a repartir las funciones, derechos y obligaciones que implica vivir en pareja y a comprenderse mutuamente, para decidir entonces cuáles son las opciones que tienen frente a ellos respecto a su relación y a la posibilidad de tener hijos. Aquéllos que están casados, pueden decidir esperarse más tiempo para procrear, o hacerlo en el momento en que se sientan preparados. Inclusive, si el vivir juntos les ha permitido darse cuenta que su relación no funciona adecuadamente, que no se complementan ni son capaces de integrarse a pesar de todos los esfuerzos que hayan hecho, incluyendo el buscar ayuda profesional, tomar la decisión de separarse o divorciarse puede ser definitivamente la última opción a seguir. Por el otro lado, quienes viven en unión libre también tienen frente a ellos opciones semejantes: ya sea la de proseguir con esa relación indefinidamente, o la de llegar a formalizarla a través del matrimonio civil o religioso, o ambos; la de seguirse dando tiempo para decidir tener hijos, o la de tenerlos ya porque se sienten preparados. Al igual que la pareja anterior, también pueden llegar a la conclusión de que su relación no es la adecuada; pueden entonces buscar ayuda marital o separarse y terminar con la relación.
Acostumbrados y condicionados como estamos por las tradiciones y las normas oficiales, tanto legales, como culturales, sociales y religiosas, a visualizar el matrimonio como una relación de pareja para toda la vida, los conceptos vertidos en el párrafo anterior pudieran sonar fríos e irreverentes. Y sin embargo, experiencias semejantes forman parte de la vida que se desarrolla a nuestro alrededor cada vez con mayor frecuencia, ante las presiones de un mundo y de un ambiente que se mueven y cambian vertiginosamente. Atrás se van quedando una serie de costumbres y de tradiciones pertenecientes a nuestra cultura desde hace mucho tiempo, pero que para bien o para mal se están derrumbando y sufriendo una serie de modificaciones muy radicales en la vida y en el camino de las nuevas generaciones. Los medios de comunicación y su influencia masiva, la globalización, las crisis y las presiones económicas que a nivel mundial estamos experimentando desde hace varias décadas, y dentro de las cuales han nacido y siguen naciendo las nuevas generaciones; la fragilidad de un planeta que al parecer no estamos tan capacitados para proteger, y que constantemente sentimos amenazado por nuestros propios impulsos destructivos a través de las guerras, las ambiciones de poder y otros tantos factores; la tendencia cada vez mayor a la desintegración de las estructuras familiares, con la formación de nuevos estilos de parejas y de núcleos familiares en los que nacen, crecen y se educan los niños, independientemente de si en ellos reinan las mejores condiciones para su educación y guía; el cambio tan importante en los sistemas de valores, que nos orillan a un materialismo y consumismo cada vez más irrefrenables, mientras por otro lado nos alejan de valores importantes como el idealismo y la espiritualidad, son muchos de los factores que rigen nuestra existencia en el presente.
Por lo mismo, todos ellos tienden a influir de manera importante en nuestra vida cotidiana para moldearla en una gran variedad de estilos, con los que tratamos de adaptarnos a ellos, en forma más o menos consciente. No obstante este bombardeo de estímulos y en un momento dado, cada nueva pareja debería ser capaz de darse esa oportunidad de convivir juntos por un período de tiempo que les permita conectarse, intimar, explorarse, comprenderse e integrarse mejor como pareja, antes de decidir traer a un tercero al seno de dicha relación. Aunque es muy positiva la experiencia de un noviazgo largo, ello no siempre facilita ni garantiza del todo ese conocimiento que adquiere uno del otro al vivir juntos, puesto que generalmente como novios, cada uno trata de mostrar su mejor cara, que no necesariamente es del todo la verdadera. Me parece que en muchas ocasiones, las parejas tienden a casarse o a tener hijos sin bases sólidas, y más bien en forma apresurada e irreflexiva, impulsados por ese cierto romanticismo heredado de los cuentos de hadas, las novelas rosa, las películas y las telenovelas, en las que todavía persiste ese ?vivieron muy felices?, que se convierte casi en un slogan que se imprime con mucha fuerza, pero que no necesariamente es real. Igualmente la pareja se puede llegar a sentir presionada por una serie de factores importantes que surgen de su círculo social y de su ambiente cotidiano, tales como la edad en que se encuentran, los padres y la familia, las amistades, los compañeros de la escuela o del trabajo, la competencia que se desarrolla entre todos ellos, del deseo de complacerlos más que su propia necesidad y preparación, así como los temores inclementes de que se pase el tiempo sin encontrar la pareja adecuada, o el momento propicio para tener los hijos (Continuará).