ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
(PSILAC).
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA DE LA LAGUNA, A. C.
(CUARTA PARTE)
La formación del bebé dentro del útero materno a lo largo de esos nueve meses que vienen a constituir el período normal de un embarazo, representa sin duda alguna un período fundamental y crítico también para el futuro de esa criatura. El cada día mejor nivel de educación médica con la que contamos en el presente, ha determinado que el control de los embarazos, así como la atención y el cuidado de las madres durante este período, sea cada vez mejor y más efectivo desde el punto de vista médico. Las diversas instituciones de salud, ya sea a nivel oficial, o en el sector privado se encargan de proporcionar este tipo de servicios, conforme las parejas acuden a solicitarlos y a mantener las revisiones necesarias para que el embarazo siga un curso normal y llegue a su final adecuado en el momento del parto. Tales instituciones de salud se encargan de promocionar constantemente y cada vez a mayor escala, la información necesaria no sólo dirigida a las mujeres embarazadas, sino también a sus compañeros, sobre los cuidados que deben tener durante este período. En esa forma, se favorece el desarrollo de dicho proceso, con el objetivo de lograr un bebé sano, a término y en las mejores condiciones posibles. La alimentación adecuada de la madre, la prevención de enfermedades o de estímulos físicos negativos durante este período, la necesidad del ejercicio físico, el evitar por completo el uso del alcohol, tabaco, drogas, e inclusive la cautela en el uso de ciertos medicamentos que pueden dañar al bebé, son algunas de las reglas y consejos que se incluyen dentro de este tipo de información básica para el buen desarrollo del proceso. Inclusive, en el presente, cada vez se le da mayor importancia a la publicación de artículos, folletos, libros y literatura en general que ayudan a difundir la información pertinente a esta etapa tan importante en la vida de una pareja, una vez que han tomado la decisión de tener hijos, y que el primer embarazo está en marcha. Asimismo, se han echado a andar en diferentes países, México no es la excepción, ni nuestra comarca tampoco, cursos que preparan a las mujeres embarazadas y a sus parejas para la llegada del parto a un buen término, como sucede en el caso del llamado curso para un parto psicoprofiláctico. En este tipo de cursos, se le proporciona a la pareja información importante al respecto, tanto sobre la anatomía como la fisiología del embarazo, al igual que ejercicios de diferentes tipos que ayudan a las futuras madres a manejar mejor cada etapa del embarazo, especialmente el momento del parto.
En definitivo, la educación, la información, la atención, los cuidados y el control médico que se da actualmente durante los embarazos, han disminuido enormemente los riesgos y la mortalidad de la madre y del bebé, que con tanta frecuencia sucedían en el pasado. En nuestros días, un embarazo bien atendido y controlado se ha convertido las más de las veces en un proceso común y corriente que llega a término con resultados positivos; una experiencia de felicidad, integración y complementación para una pareja que se siente unida por los lazos del amor y por su potencial creativo como seres humanos ante la expectativa de su primer hijo o hija, y de los siguientes. Y sin embargo, además de los cuidados físicos y médicos que se tienen para mantener la salud de la madre y del bebé, me parece que es también necesario hacer hincapié en otro tipo de cuidados igualmente importantes, que en el aspecto psicológico requieren no sólo la madre y el bebé, sino también el padre, y en ocasiones las familias de cada miembro de la pareja. Aunque biológicamente, estamos acostumbrados a percibir el proceso de concepción, como exclusivamente femenino, desde el punto de vista psicológico y sociocultural, la realidad es que se trata de un proceso masculino-femenino, en el que se puede decir que la pareja está embarazada, y por lo mismo ambos enfrentan el proceso paralelamente, con características diferentes para cada uno. Se trata de una experiencia que los envuelve a ambos y que en la mayoría de los casos de parejas bien avenidas y que funcionan adecuadamente, ellos mismos buscan compartir puesto que los une y los integra todavía mejor como pareja, en un objetivo común desde el momento que decidieron tener un hijo. Paralelamente a los cambios físicos y biológicos que se dan cada trimestre en la mujer, así como en la formación del producto dentro del útero, el hombre también va teniendo una serie de reacciones emocionales, que en algunos casos según estudios que se han hecho, también tienen características biológicas, como parte de su propio proceso de adaptación a los cambios que se van dando en su compañera.
Definitivamente, se trata de una experiencia completamente nueva para ambos en el caso de una pareja primeriza; por lo mismo, al igual que sucede con todas las experiencias nuevas, ello puede desencadenar como resultado ciertos niveles de estrés y de ansiedad, como parte de la novedad y del desconocimiento sobre el proceso mismo, aún a pesar de la gran felicidad y del enorme entusiasmo que les ha generado. Las consultas periódicas al médico, la información recibida tanto de éste, como de las instituciones médicas, de las familias mismas, de las amistades o inclusive de determinados grupos, así como la información que la pareja misma investigue en diferentes fuentes como revistas, folletos o libros, ayuda a disminuir en gran escala tales niveles de ansiedad cuando se trata de un proceso normal en una pareja que se siente preparada, y cuya relación marital funciona adecuadamente. No cabe duda que la información y la educación son los mejores instrumentos que tenemos para luchar contra la ansiedad que nos produce lo nuevo y lo desconocido (Continuará).