ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
(PSILAC), CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
VIGÉSIMA PARTE
Se podría decir en una forma general, que en las últimas columnas, se ha presentado un perfil resumido de lo que podríamos considerar como los trastornos de ansiedad que se presentan con mayor frecuencia en la población infantil en nuestra época. El trastorno de ansiedad por separación, el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias simples y la fobia social, se han convertido entonces en problemas importantes de la salud mental de los niños, que influyen muy seriamente tanto en ellos de forma individual en el proceso de su desarrollo global, así como en sus padres y en su familia en general. Existen todavía otros trastornos de ansiedad no mencionados aquí, que sin embargo no se presentan con la misma frecuencia que los anteriores, de acuerdo a estadísticas epidemiológicas en otros países y en alguno que otro estudio realizado en México.
Una pregunta obligada seguramente será aquélla que se relacione con el pronóstico de estos niños y niñas, con respecto a qué pasará con ellos en el futuro, y en qué forma se desenvolverá el trastorno que padecen. Aunque es difícil predecir el futuro, y también es muy difícil definir cómo reaccionará cada criatura respecto a su padecimiento, a sus síntomas y a la evolución del mismo, también se han llevado a cabo ciertos estudios al respecto. Al igual que sucede con cualquier tipo de enfermedad, los caminos que puede seguir son variados, de acuerdo a una serie de circunstancias específicas a cada caso en particular. En lo referente a los trastornos de ansiedad, como sucede con muchos otros trastornos que afectan la salud mental infantil, es posible tomar en cuenta la existencia de una serie de factores que por un lado pueden servir de apoyo a cada sujeto para suavizar o inclusive superar el trastorno; factores que podríamos considerar como factores positivos, favorables o de protección. Sin embargo, por el otro lado, existen también otro tipo de factores que por el contrario, suelen influir en forma negativa o perjudicial en el curso del padecimiento, y son clasificados por lo mismo como factores de riesgo.
Dentro del grupo de factores que se consideran como favorables o protectores, sobre todo en lo que se refiere a la familia y a los padres, está la salud física y la salud mental de ambos padres, cuando éstos no presentan ningún tipo de enfermedad importante o crónica que funcione como factor estresante dentro de la familia. El hecho de que se trate de una familia integrada, con una buena relación marital, con padres inteligentes y educados, en los que exista un aceptable nivel de comunicación, de respeto por la individualidad de uno y otro, que posean la capacidad para la detección y la resolución de los problemas, así como el hecho de que individualmente tengan y utilicen esa sensibilidad que les permita la expresión de sus sentimientos, y muy especialmente del cariño que sientan tanto entre ellos como pareja, como con sus hijos. Una relación marital con tales características va a facilitar naturalmente el desarrollo de vínculos de confianza y de seguridad con sus hijos, tanto de parte de la madre como del padre, y muy especialmente con aquél o aquélla que presente un trastorno de ansiedad. Igualmente, el contar con el apoyo de la familia extendida en el caso de los abuelos, hermanos, tíos, etc. tiende a ser un factor favorable así como el contar con una red de sistemas de apoyo sociales en forma de actividades, grupos y amistades. Pero además existen factores de tipo socioeconómico que también actúan como favorables, como sucede cuando existe una situación de trabajo satisfactorio y bien remunerado, con ingresos que la pareja ha podido organizar, administrar y repartir en forma equitativa tanto en el caso del esposo, como de la esposa cuando ambos tienen empleos, o igual cuando poseen algún tipo de negocio o de empresa, lo que a su vez les ha permitido encontrar un equilibrio entre los aspectos laborales, con los familiares. Todos estos factores en general, facilitan entonces la presencia de un ambiente menos estresante para la familia y para el chico o la chica que presente el trastorno de ansiedad, lo cual idealmente, permitirá una mejor evolución de éste o inclusive su desaparición cuando no se trate de uno demasiado serio (Continuará).