En la sesión inaugural del IV Foro Mundial del Agua una alarmante declaración sacudió a los asistentes: “el agua está en peligro y junto a ella también lo estamos todos”. Así lo dijo el presidente del Consejo Mundial del Agua, Loïc Fauchon, quien urgió a los gobiernos de todo el mundo a destinar mayores recursos económicos al agua.
Criticó además que sólo se destine el cinco por ciento de la ayuda pública a este recurso, lo que consideró una limosna y un gran error económico.
Tan sólo el año pasado el consumo de agua de mala calidad causó diez veces más muertes que todas las guerras juntas del planeta. Y sólo en un día se registra la muerte de tres mil 900 niños por enfermedades vinculadas a la mala calidad o carencia del agua.
Es inaceptable que, con todos los avances tecnológicos y científicos en el mundo, todavía cientos de millones de mujeres y niños tengan que caminar todos los días durante varias horas en busca de agua.
Entre los mecanismos que los gobiernos pueden desarrollar para solucionar el desabasto de agua se encuentran los aranceles y los subsidios. Así lo planteó Ryutaro Hashimoto, presidente de la mesa directiva para Saneamiento y Agua Potable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su intervención en el foro.
La falta de una calendarización por parte de los gobiernos y la prioridad que dan al desarrollo económico y social sin involucrar el tema del agua, ha sido uno de los principales problemas para garantizar un adecuado abasto del vital líquido a la población.
México registra un déficit de diez mil millones de pesos al año en materia de inversión en infraestructura hidráulica, aunque la falta de recursos, ha logrado ser solventada en parte abriendo a concurso diversas obras.
Pero por más recursos que se inviertan, es indispensable crear conciencia entre la población para implementar una cultura de cuidado y ahorro del agua, no hay que dejar de lado la frase de: “el agua es poca y gota a gota, se agota”.