A poco más de un mes para que se lleven a cabo las elecciones para elegir presidente de la República, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), enfrenta la peor crisis de su historia, de la cual parece no saldrá muy bien librado.
Acostumbrado a ganar, hasta el año 2000 donde sufrió su primera derrota en la contienda por la Presidencia de la República, el PRI nunca imaginó ni en sus peores pesadillas que su candidato ocupara un tercer lugar en las preferencias electorales de acuerdo a decenas de encuestas realizadas en todo el país. Lo que es peor, nunca imaginó que sus militantes aceptaran con varios meses de antelación la derrota o bien, hicieran un llamado para votar por otro candidato.
De esta forma el senador Manuel Bartlett, viejo político formado en la escuela del tricolor, hizo recientemente un llamado para que los priistas votaran por Andrés Manuel López Obrador. El argumento: el perredista es el único que puede impedir que el PAN repita en la Presidencia de la República.
A esta propuesta se sumó el también senador, Óscar Cantón Zetina, quien reconoce que el PRI enfrenta la peor crisis de su historia. Las amenazas de expulsión por ser desleales al partido ya se dejaron escuchar de parte de Mariano Palacios, lo que sin duda agravará el estado que guarda el Revolucionario Institucional.
Son muchos los priistas que acusan a Roberto Madrazo de los problemas internos del partido, considerando que la caída libre que sufre el candidato del tricolor no es casual, sino que por el contrario es la resultante de tantos conflictos dejados pasar sin solución. Además del manejo ambicioso del poder.
¿Estaremos acaso los mexicanos presenciando la desaparición del PRI?, es muy pronto para asegurarlo, lo que es cierto es que el naufragio del partido debe obligar a los militantes a realizar un análisis crítico de las formas y prácticas que se han seguido en los últimos años y no sólo quejarse de los efectos observados en la contienda electoral de 2006.