El anuncio del secretario de Obras Públicas de Coahuila, Eduardo Olmos, sobre un aplazamiento en la fecha para demoler el Distribuidor Vial Revolución, así como un aumento en el costo de reconstrucción, de 80 a 100 millones de pesos no se puede tomar como una ocurrencia aislada.
Es un síntoma de que el Gobierno del Estado, en su primer año de gestión, optó por hacer las cosas ?al aventón? en lo que se refiere a las principales obras de infraestructura vial en Torreón.
El anuncio se da acompañado de la resignación en autoridades municipales sobre la demora para iniciar obras urgentes como los puentes del Nudo Mixteco y la Alianza, anunciados por el estado y el municipio, desde marzo, que aún duermen en los escritorios del Gobierno.
Parece que Saltillo está muy alejado de Torreón. Las demoras son síntomas de un descuido en la planeación y la percepción de que los gobiernos Estatal y Municipal no piensan a fondo las cosas antes de hacerlas. Cuando se anunció la demolición del DVR en mayo se dio un calendario para realizar peritajes y se determinó que la obra se demolería a finales de este año, con un costo de 80 millones de pesos. El cálculo fue equivocado pero el Gobierno del Estado ya aprovechó todo el jugo político que pudo sacarle al escándalo.
De la misma forma, al anunciarse el paquete de cinco puentes para la ciudad, el más urgente, el del Nudo Mixteco, está atorado por un error en el proyecto. Contrataron a una empresa que no tomó en cuenta la pista del aeropuerto y ahora la solución, recorrer la pista, costará 40 millones de pesos más, que el costo del puente programado en 38 millones.
No sugerimos que las autoridades se apresuren para satisfacer urgencias de la opinión pública, sino que haya una planeación seria para dar a la ciudad la imagen que se merece.