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Tal y como si se tratase de alguna escena de riesgo en una película hollywoodense, todo parece estar perfectamente sincronizado. Primero, la etapa de tensión creciente, con acusaciones mutuas y desencuentros esporádicos para mantener al espectador al borde de la butaca. Luego, el golpe que encamina al clímax, para posteriormente resolver en dos o tres minutos el asunto expuesto a lo largo del film... con final feliz, por supuesto.

Ante la creciente oleada de narcoejecuciones y la presunta incursión a territorio estadounidense de militares y/o sicarios mexicanos, se abrió otra ventana de rispidez en la relación bilateral. El golpe que encamina al clímax lo dio el jueves por la tarde, nada menos que el jefe de los Servicios de Inteligencia estadounidenses, John Negroponte, quien expresó su preocupación de que México esté cayendo en un “ciclo vicioso” donde el tráfico el crimen organizado socaven la autoridad del Estado y reconoció que las elecciones del dos de julio son importantes para los intereses de su país.

Tan certero como doloroso, el golpe del Negroponte no podía quedar en el aire, ya que entre otras cosas advirtió que “los narcotraficantes y otros criminales organizados por lo general no desean tumbar Gobiernos sino se desenvuelven en estados donde los gobiernos son débiles, vulnerables o corruptos, e incapaces -o carentes de voluntad- para imponer la Ley”.

Y como toda acción genera una reacción, teóricamente con la misma intensidad pero en sentido inverso, el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Gerardo Clemente Vega García, rechazó que integrantes del Ejército Mexicano hayan incursionado en territorio estadounidense, como asegura la Patrulla Fronteriza. Y, por supuesto, el as bajo la manga: los delincuentes que cruzaron la línea fronteriza ya fueron identificados como José Rodolfo Escajeda Escajeda, Alonso Escajeda Candelaria, Édgar “N” y César Gándara, alias Lala. Son narcotraficantes y los dos vehículos Hummer que fueron vistos en territorio estadounidense podrían ser propiedad de José Rodolfo Escajeda, alias Z1, quien lidera a un grupo de narcotraficantes que opera en Chihuahua.

Si esto no fuera suficiente, se arresta en Torreón a Óscar Arreola Márquez, uno de los 40 delincuentes más buscados por Estados Unidos y quien resulta ser el líder de un clan familiar que introdujo toneladas de cocaína en EU, en alianza con criminales de Colombia y Venezuela. Ahora llega el tiempo de las felicitaciones mutuas y las congratulaciones por un trabajo exitoso y en equipo... tal y como corresponde a otro episodio con final feliz.

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