Mal y de malas. Para aquellos que no están familiarizados con los detalles de esa pugna añeja y en muchos momentos, ríspida, entre los dos grupos más poderosos al interior del panismo coahuilense (que encabezan Jorge Zermeño Infante y Juan Antonio García Villa), los actuales desencuentros entre el alcalde José Ángel Pérez y el ex, Guillermo Anaya Llamas, parecerían excesivos y hasta suicidas en términos político-electorales. Sin embargo, no significan más que otro episodio en una larga disputa fraterna -de ésas en que pueden destrozarse, pero nunca hacerse daño- y que tiene por origen y fin el más terrenal de los motivos: la lucha por el poder.
Para el beneplácito de aquellos que siempre encuentran placer al atestiguar los pleitos entre comadres en alguna vecindad y el horror de aquellos que, en cambio, lamentan la incapacidad de los actores políticos por mantener un mínimo de civilidad y decoro aún en los desacuerdos, los panistas torreonenses encuentran en el despido de alrededor de 100 empleados municipales, el pretexto ideal para revivir viejas rencillas y mantener un duelo de descalificaciones que difícilmente beneficiará, a la postre, a uno u otro bando.
En una esquina, José Ángel Pérez responde a las críticas de Jorge Zermeño y Guillermo Anaya: “respeto la opinión de Guillermo, la verdad no la comparto, en esta Administración estamos haciendo mucho menos despidos, que los que se hicieron en su Administración cuando él entró, a lo mejor no recuerda los números, pero ahí los tenemos, precisamente yo me basé en esos números para empezar a hacer los cambios... pero creo que lo del partido lo podemos arreglar en la casa, ahí podemos ponernos de acuerdo y lo que yo exhorto es a que los panistas estemos unidos y que demos esas señales hacia la ciudadanía de que nos estamos apoyando como en su momento yo lo hice con los demás”.
Y en la otra, el que recién se sube al ring, Jesús de León Tello, y que dice que el alcalde se equivocó y ensañó con los panistas, “con los de su propia casa” y asegura que le resultará muy caro al erario este despido masivo de trabajadores ya que, por las condiciones en que se dieron: “más tarde que más temprano tendrá que indemnizarlos conforme a la Ley, o reinstalarlos”. Sobra decir que el hombre que disputó la candidatura panista a José Ángel es el que hoy defiende la causa de 35 de los empleados despedidos.
Así las cosas en el panismo. Habrá que esperar por nuevos vientos y pedir a todos los santos un poco de luz para todos aquellos que hoy se afanan en exhibir públicamente sus propias limitaciones.
