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Nuestro concepto/Posturas

Para el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José Guadalupe Martín Rábago, “la responsabilidad de la violencia es de las autoridades, ya que tienen como tarea primordial garantizar la seguridad de la sociedad; hay responsabilidad muy concreta también por el crecimiento del narcotráfico, que de alguna manera está atrás de la mayor parte de los crímenes y de la violencia que se está suscitando”. Y agrega quien representa el sentir de la jerarquía eclesiástica católica en nuestro país que “cuando hablo de la responsabilidad del Estado no me refiero sólo al Ejecutivo Federal, estamos hablando también de las responsabilidades de los tres niveles de Gobierno, de los tres Poderes; pareciera que el narcotráfico ha superado al Estado y urge poner un freno a esta delincuencia”.

Y simplemente tiene razón, ya que el Estado debe garantizar un mínimo de seguridad a los ciudadanos y no lo está haciendo. Como reacción lineal a la postura de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el presidente Fox dio la cara ayer para asegurar que su Gobierno no dará tregua en el combate al crimen organizado, y que esta batalla se mantendrá hasta hacer prevalecer el Estado de Derecho en el país. Aprovechó la oportunidad de ponderar las maravillas del operativo México Seguro y afirmar categórico que “en ningún momento ha estado en juego ni estará la firmeza del Estado mexicano”.

En forma paralela, el secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina-Mora, reveló que se están afinando los mecanismos para crear un programa de recompensas a quienes proporcionen información que permita la detención de maleantes y colabore en el combate a la delincuencia organizada. Hoy martes -si el alto funcionario no es desmentido por el vocero presidencial- se publicará en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo que establece las bases para iniciar dicho programa de remuneración económica, con base en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.

En fin, un Estado confrontado con una amarga realidad y que tarde intenta al menos en la forma, subsanar su yerro. Serán los ciudadanos los que finalmente, en su diario transitar por las calles, los que den cuenta de quién tiene razón y si las “nuevas ideas” para frenar a la delincuencia organizada rinden frutos.

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