El gasto en promoción e imagen de un gobernante siempre despierta cierta polémica. Cuando un funcionario público empieza a aparecer en forma constante en spots de televisión o su rostro puede ser observado en espectaculares colocados en las principales rúas de la ciudad, los cuestionamientos no se hacen esperar; y con justa razón, ya que el dinero que es utilizado para esa “publicidad” oficial proviene del erario público.
Si bien es cierto que es importante que un Gobierno informe a la población de las acciones que está realizando para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, es necesario que estos últimos vigilen que los medios usados para difundir los programas y proyectos sean los más apropiados y que los mensajes enviados sean claros y precisos. Es decir, que el recurso invertido en la comunicación social esté plenamente justificado y que esa importante área de la Administración pública cumpla con sus objetivos.
Por ningún motivo debe ser tolerada la promoción con fines propagandísticos para resaltar la imagen del gobernante con el objetivo de catapultarlo en sus aspiraciones políticas.
El alcalde de Torreón, José Ángel Pérez Hernández, da mucho de qué pensar con la forma en la que está gastando el recurso público en imagen y difusión de acciones en el municipio. Tan sólo en el mes de abril, el Ayuntamiento erogó alrededor de un millón 260 mil pesos en spots televisivos y radiofónicos, espectaculares y otros medios. Llama la atención que en los anuncios se privilegia la imagen del edil por encima de las obras realizadas, las cuales hasta el momento, dicho sea de paso, son muy pocas. Incluso, en gran parte de la publicidad se habla más bien de promesas que de hechos consumados, lo cual es cuestionable, ya que se supone que la campaña, cuando era candidato, tenía ese fin; ahora, lo que la gente quiere saber es qué compromisos se han cumplido o están en vías de cumplirse, o sea, qué es lo que se está haciendo con su dinero.
Además de la mesura en el gasto para comunicación social, es necesaria la creación de mensajes sencillos y útiles a la ciudadanía, en donde se privilegie la información de los programas gubernamentales y no la imagen personal de quien gobierna.