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Nuestro concepto| Triste colofón

La escena no podría ser más representativa del sexenio que agoniza: mientras en Oaxaca se vive un verdadero estado de sitio por los enfrentamientos entre grupos que buscan la dimisión de Ulises Ruiz Ortiz como gobernador y agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) que pretenden restablecer el orden en la capital de la sureña entidad, el presidente de la República, Vicente Fox Quesada, arremete en Montevideo, Uruguay, durante la XVI Cumbre Iberoamericana, contra el Gobierno de Estados Unidos por ?la acción torpe y electorera?, de decidir construir un muro en la frontera.

Esta imagen es una instantánea que bien puede resumir a la parte más negativa de todo el foxiato: la operación política. Los antecedentes evidencian las limitaciones a este respecto del Gobierno que en cuestión de días cerrará su ciclo.

Uno de los principales objetivos en materia de política exterior trazados por el presidente Fox al inicio de su Administración, fue el de alcanzar un acuerdo migratorio con el Gobierno de su homólogo estadounidense George W. Bush que permitiera la regularización del estatus de los indocumentados mexicanos que trabajan en la Unión Americana. Todos los intentos por introducir en la agenda bilateral el tema y sensibilizar al presidente y a los congresistas y senadores norteamericanos de la necesidad de construir una nueva relación en torno al fenómeno de la migración, fueron infructuosos. A fin de cuentas se impuso el ala dura republicana y la famosa ?enchilada completa? que pedía el Ejecutivo Federal mexicano se convirtió en un muro a lo largo de toda la frontera.

Desde hace más de cinco meses, Oaxaca padece una de las peores crisis políticas de su historia. Lo que empezó como una protesta magisterial en demanda de mejores condiciones de trabajo, se convirtió en la ruidosa consigna de un combativo sector de la población, aglutinado en la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), de destituir del Ejecutivo Estatal a Ulises Ruiz. La cerrazón de éste y la indolencia del Gobierno Federal hicieron que el conflicto creciera hasta lo que se ha visto en los últimos días. Hoy la PFP no puede tomar el control de una calle de la capital oaxaqueña.

La escena descrita al principio es, pues, el triste colofón de una operación política errática durante este sexenio, en donde la incapacidad y la indolencia fueron las constantes. Felipe Calderón Hinojosa, quien será presidente a partir del primero de diciembre, tiene la tarea de no repetir las fallas de su antecesor.

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