Cuatro meses han transcurrido ya de la tragedia de Pasta de Conchos, donde perdieran la vida 65 mineros a consecuencia de una explosión. A la fecha las viudas de los obreros desconocen cuáles fueron las causas del accidente, a pesar de que las autoridades se comprometieron a realizar una investigación para deslindar responsabilidades.
Durante todo este tiempo los mexicanos hemos sido testigos de una feroz persecución del Gobierno Federal contra el líder nacional de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia, al que ha acusado de un supuesto “fraude” por 55 millones de dólares, además de tener vínculos con el narcotráfico y desconocerlo de su cargo, nombrando a Elías Morales como nuevo dirigente del Sindicato Minero.
Estas acciones han derivado en conatos de bronca entre ambas facciones sindicales en diferentes partes de la República. La semana pasada Monclova fue testigo de enfrentamientos a palos y pedradas, sin que hasta el momento la Federación reaccionara al hecho.
Por este motivo el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana envió una misiva al presidente de la República en donde le pide detener la ofensiva gubernamental para eliminar al gremio, y respetar la decisión de los trabajadores para elegir a sus representantes.
Mientras esto sucede, 65 familias que se quedaron sin el jefe de familia reclaman justicia. Como respuesta sólo encuentran un comunicado de la Federación donde se asegura que las labores de rescate continúan, además de que la empresa Grupo México anuncia que iniciará la entrega de becas a los niños de los trabajadores fallecidos, las cuales serán de 11 pesos con 50 centavos diarios para los que están estudiando en nivel preescolar, y de 13 pesos con 70 centavos, para los que se encuentren en la primaria.
En este escenario de grandes cortinas de humo, es importante como sociedad no perder de vista la verdadera tragedia de Pasta de Conchos, ya que más allá de los tintes políticos con el que ha sido manejado el problema, existen 65 familias que claman justicia y que hasta el momento nadie ha escuchado.