Miami (EU), (EFE).- La obesidad entre los niños hispanos que viven en Estados Unidos ha adquirido formas de verdadera "pandemia", un fenómeno surgido en los últimos años y que afecta ya al 23 por ciento de los menores de entre seis y once años.
Se trata de una "verdadera explosión de obesidad" que ha hecho de los latinos, "desde la edad preescolar hasta la adolescencia", los más obesos de todo el mundo", afirmó a EFE la pediatra y dietista Claudia González.
Con el objetivo de alertar a la población hispana sobre esta "grave epidemia" y de orientar a los padres y educadores, González acaba de publicar "Gordito no significa saludable", el primer libro que analiza en profundidad los factores culturales latinos.
Licenciada en Dietética y Nutrición por la Universidad Internacional de Miami (FIU), González hace un diagnóstico fulminante: el "factor cultural" latino es uno de los principales "culpables" de esta epidemia de sobrepeso entre los niños hispanos.
La pediatra sostiene que el abandono de la "dieta latina" o errores culturales como creer que "un bebé o un niño de menos de cinco años que esté gordito es lindo y saludable" son responsables de este incremento de los índices de obesidad.
Además, se lamenta, en las familias latinas todavía "pesa más lo que dice la mamá o la abuela que lo que diga el pediatra".
Los padres hispanos, explica la dietista de origen peruano, no son conscientes de que un "niño gordito tiene hoy un 70 por ciento más de probabilidades de ser un adulto obeso y un 80 por ciento más que sus padres, si éstos lo son también".
Lo que es más grave, "seis de cada 10 niños latinos obesos sufren de diabetes tipo 2", una cifra alarmante, indicó.
Según González, la predisposición a padecer de esta diabetes se enmarca en la "tendencia genética" de los niños latinos a la obesidad.
Resaltó que la guerra a la obesidad infantil demanda que los padres hispanos estén informados de que "el asma, la diabetes, la hipertensión, el colesterol y los triglicéridos altos, así como graves desórdenes psicológicos", son consecuencias habituales de esta enfermedad.
En ese sentido, afirmó, la "perdida de la dieta latina" (frijoles, fruta fresca, verduras, pescado y tortilla de maíz) y el exceso de "vida sedentaria" de los menores, son determinantes.
"Los niños latinos son los que más horas de televisión ven al día de entre todos los niños de EU", aseguró, y alertó sobre la relación directa entre sobrepeso y televisión.
En opinión de la pediatra, un plan integral contra la obesidad infantil debe implicar también a los colegios, en los que se registra un incremento alarmante de la ingesta de bebidas gaseosas azucaradas y comida basura.
Pero al final, aseguró González, es a los padres a los que toca "planear la salud de los hijos, su alimentación diaria y su actividad física".
Aparte de los malos hábitos alimenticios y de la falta de ejercicio diario, la nutricionista resaltó la "ausencia de un sistema de medicina preventiva" como otra causa del aumento de la obesidad infantil entre los niños hispanos.
"La mayoría de los padres hispanos -se quejó-, no cuentan con un seguro médico" y acuden al especialista cuando "la situación está totalmente fuera de control o el niño presenta ya síntomas de diabetes".
Los niños latinos tienen en Estados Unidos más problemas de sobrepeso (39,3 por ciento entre los seis y once años) que los blancos no hispanos (26,2 por ciento), cifra que se dispara en la adolescencia (de los 12 a los 19 años), con el 43,8 de sobrepeso entre los hispanos.