Los hechos sacuden en los momentos en que el paós parece caer en una guerra civil.
AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- Una serie de ataques suicidas, bombas y andanadas de morteros estremecieron ayer a Bagdad, matando a 68 personas e hiriendo a decenas más en momentos en que Irak parece estar cayendo en una guerra civil.
Las matanzas y ataques a mezquitas sunitas se suceden sin tregua desde el miércoles pasado, cuanto atacantes con bombas destruyeron la cúpula dorada de un santuario shiita al norte de Bagdad.
A esto se suman las continuas peleas entre políticos iraquíes para formar un Gobierno basado en las elecciones parlamentarias de hace tres meses.
El asesor de Seguridad Nacional, Mouwafaq al Rubaie viajó a la ciudad santa shiita de Nayaf para reunirse con el gran ayatolá, Ali al Sistani, el líder venerado de la comunidad shiita. Tras el encuentro, Al Rubaie dijo a los periodistas que ?el camino hacia la formación del Gobierno es arduo y está sembrado de bombas políticas. Pedimos al pueblo iraquí que sea paciente y pensamos que la formación del Gobierno tomará unos meses?.
Añadió: ?la Alianza (Unida Iraquí) ha elegido a (el primer ministro Ibrahim) Al Jaafari y no cambiará esta decisión. Damos por sentado que nuestros socios en este país respetarán esta decisión... tomando en cuenta los resultados electorales?, que dieron al bloque shiita la mayoría, pero no suficientes bancas para gobernar por su cuenta.
Al Jaafari, actualmente primer ministro interino, es una figura controvertida, incluso para algunos políticos shiitas.
Ayer en el sur, dos soldados británicos murieron en Amará, a 290 kilómetros de Bagdad, informó el Ministerio de la Defensa en Londres, sin entrar en detalles. Un testigo dijo que un coche-bomba explotó cerca de una patrulla británica y llegaron helicópteros a llevarse a las bajas.
Una explosión dañó la mezquita sunita donde está enterrado el padre de Saddam Hussein en Tikrit, al norte de Bagdad, de donde es oriunda la familia del gobernante depuesto.