Resultan preocupantes los recientes brotes de violencia que se han registrado en el país. Días atrás las imágenes del desalojo ocurrido en Lázaro Cárdenas, Michoacán, conmocionaron a la población; ayer, la historia se repitió pero ahora en Texcoco donde se desarrolló un enfrentamiento entre comerciantes y elementos de las policías estatales, municipales y federales.
El conflicto inició cuando las autoridades municipales intentaron desalojar a los vendedores de una plaza comercial en la que les habían prohibido instalarse. Sin embargo, los floricultores hicieron caso omiso a la petición y se atrincheraron en los locales de un complejo comercial agravando la situación.
De esta forma el Estado de México se convirtió en una auténtica zona de guerra, que dejó como saldo a una persona muerta y cerca de un centenar de heridos. Las cámaras de televisión fueron testigos de la violencia que se vivió en el lugar, así los televidentes presenciaron la brutal golpiza que habitantes de la comunidad de San Salvador Atenco propinaron a un policía y cómo, con amenazas, intimidaron a un reportero.
Causan estupor las declaraciones de América del Valle, hija del líder local Ignacio del Valle, quien justificaba el uso de los machetes para defenderse, es decir, pareciera que tuvieran permiso para matar.
Finalmente ayer jueves la Policía Federal Preventiva tomó el control de San Mateo Atenco, rescatando a 12 policías y aprehendiendo a 217 personas. Las reacciones no se hicieron esperar, de esta forma el sector empresarial del país exigió a las autoridades que aplicaran todo el peso de la Ley en contra de aquellos que se empeñan en perturbar la paz social y que buscan el enfrentamiento, más que el diálogo, en el conflicto del municipio mexiquense de San Salvador Atenco.
Nuevamente la falta de habilidad política para solucionar un conflicto se hizo presente. México no se merece este escenario como preámbulo al próximo proceso electoral, por este motivo es necesario procurar la paz social para que así termine esta ola de violencia.