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México, DF.- El jefe de la Policía Antidrogas de Perú, general Carlos Olivo Valenzuela, afirmó que en México operan cinco cárteles mexicanos del narcotráfico, y que 32 por ciento de la droga que llega a México proviene del territorio peruano.
Olivo indicó en una entrevista publicada ayer por el diario La República que la Dirección Nacional de Drogas (Dirandro) de la Policía Nacional ha descubierto que en Perú operan los cárteles de Tijuana, Guadalajara, Sinaloa, Guanajuato y Juárez.
?La Policía antidrogas y las instituciones que combatimos el narcotráfico hemos descubierto alredeor de veinte casos que nos muestran a cinco cárteles mexicanos trabajando en el Perú: Tijuana, Guadalajara, Sinaloa, Guanajuato y Juárez?, precisó.
El jefe policial manifestó que ?hemos destruido parte de estas organizaciones y decomisado gran cantidad de droga. Lo que habla del trabajo policial, pero, cierto, indica un incremento de la actividad de los cárteles mexicanos?.
En Perú están procesados más de medio centenar de personas, entre peruanos y extranjeros, incluidos seis mexicanos detenidos en 2002 cuando pretendían sacar una tonelada de droga en un puerto del norte del país.
El mexicano Miguel Morales Morales, uno de los detenidos, es señalado como el nexo con el Cártel de Tijuana, según las autoridades peruanas.
El general Olivo dijo que de acuerdo con investigaciones, también hay narcotraficantes de Bolivia, Ecuador y Venezuela, aunque en menor nivel que los mexicanos.
Precisó que entre 55 y 60 por ciento de la droga que va a México sale de Colombia, ?Perú aporta del 30 al 32 por ciento (unas 70 a 80 mil toneladas de clorhidrato de cocaína, la mayor parte de la producción nacional)?.
Aseveró que ?el resto lo provee Bolivia. Ahora, también están interesadas en la droga peruana organizaciones de Holanda, Sudáfrica, Oriente Medio, Rusia, Afganistán. Ellos escogen otra vía que no es México sino Chile y Argentina?.
Detalló que la droga sale desde las zonas de plantaciones, sobre todo de los valles del Huallaga y del Apurímac-Ene, en la selva central, donde reciclan y lavan la coca para después convertirla en pasta base de cocaína, que luego será traslada a la costa.
Observó, asimismo, que la ayuda externa para la lucha antidrogas, sobre todo de Estados Unidos, se ha reducido de 200 millones de dólares en 2004 a 110 millones el año pasado.