Tardanza en apertura y funcionamiento de casillas derivó en largas filas, empujones y agresiones verbales.
El Siglo de Durango
En esta ocasión, la organización y capacitación fue el talón de Aquiles del Consejo Local del Instituto Federal Electoral (IFE), sobre todo a causa de la tardanza en la apertura de casillas y del funcionamiento de las especiales, que se reflejó en largas filas, empujones y agresiones verbales de quienes se dijeron lesionados en sus derechos electorales.
Las dos mil 232 casillas debieron abrir a las 08:00 horas, pero buena parte de ellas no lo hizo por distintas causas. La mayoría porque llegaron tarde, y algunos otros por otros motivos, como incluso fue hasta no encontrar las boletas que debían entregar a los electores para que emitieran su voto, según información que emanó del mismo Consejo Local y de los recorridos que hizo El Siglo de Durango y los reportes de distintas partes del territorio estatal.
Por otro lado, en el caso de las casillas especiales, ya por la tarde, varios electores que estuvieron esperando su turno para votar tuvieron fricciones entre ellos, tras permanecer durante cuatro, cinco y hasta más horas para lograr emitir su sufragio.
Ya a las 15:30 horas, en la quinta sesión del Consejo Local del IFE, el presidente de este organismo, Hugo García Cornejo, explicó que él mismo estuvo en la casilla especial de la Central Camionera y la otra instalada en la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), en donde se percató de los ánimos caldeados entre los electores, a tal grado que observaron posibles agresiones contra los funcionarios de casilla.
Según el Consejo General del IFE, por cada casilla no se autorizaron más de 750 boletas; de igual forma fueron las que se aprobaron para las casillas especiales. Sin embargo, esta información fue poco difundida por el instituto, de tal modo que en estos sitios se concentró un número mayor de electores respecto de la papelería que podía ser marcada.
Además, en una inspección que hizo Hugo García Cornejo a varias de las personas que estaban esperando su turno, comprobó a través del famoso ?Libro Negro? que una buena parte de los ciudadanos que estaban reclamando su sufragio no tenían derecho a votar, sobre todo por dos razones: que su credencial de elector no era vigente o bien que habían tramitado una nueva, pero que no habían pasado a recogerla, por lo que pretendían votar con la anterior.
Mientras que el Consejo Local del IFE aseguró durante las sesiones que los funcionarios de casilla ya estaban capacitados, la realidad fue distinta, pues la ley permite la preferencia a los ancianos y a los discapacitados para no hacer fila, pero en la práctica esto no fue respetado, a causa de que sólo había una hilera para todos los electores.
Incluso, en varias ocasiones, tanto ancianos como enfermos trataron de hacer uso de su derecho, pero fueron abucheados por los de la fila con frases como: ?se está haciendo, se está haciendo la enferma?, con lo que se apagaban sus intenciones.
Por otro lado, el nuevo Sistema de Información de la Jornada Electoral (SIJE), que se instaló en las casillas especiales, no cumplió las expectativas, pues los programas fallaron en la mayor parte de los casos, lo que ocasionó, en general, por horas, el retraso de la emisión del sufragio.
REINO LA INCONFORMIDAD
Inconformidad, desesperación, frustración, agotamiento y enojo de los votantes fueron los factores comunes que reinaron en las cuatro casillas especiales instaladas por el Instituto Federal Electoral (IFE), ayer en los comicios, debido a la mala organización que prevaleció.
La totalidad de las casillas presentaron problemas marcados por falta de organización e incapacidad tanto de los presidentes de casilla como del personal del IFE para dar solución a los inconvenientes que se suscitaron desde el inicio de la contienda electoral, tales como las instaladas en la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), Central Camionera, Escuela Primaria Gabriela Mistral, todas las anteriores por el Distrito 04, mientras que la mejor organizada fue la que tuvo como sede las instalaciones de la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SEED), correspondiente al Distrito 01, única que contó con dos toldos para evitar la prolongada exposición al sol.
Se pudieron apreciar largas filas que albergaban incluso hasta 500 individuos, bajo el sol por cerca de cinco horas, sin notar un avance fluido y sin la posibilidad de saber si se estaban respetando sus lugares, para que cuando se lograran acercar considerablemente a las casillas se les informara que las boletas se habían agotado. Esto fue lo que enfrentaron alrededor de mil ciudadanos que quisieron emitir su voto ayer en tierra duranguense.
Las primeras molestias fueron a raíz de la hora en que fueron abiertos los módulos de votación, independientemente de la hora en que llegaron los funcionarios de casilla, ya que se mostró un retraso considerable entre el acomodo de la papelería, la organización entre ellos para que iniciaran casi una hora después, e importándoles poco la presencia de los votantes.
Por otra parte, la ciudadanía se mostró inconforme ante la falta de comunicación por parte de los responsables de casilla, al no indicar la razón del por qué el lento avance de las filas, ya que en algunas ocasiones fueron entorpecidos por fallas en el sistema de cómputo, otras más por aclarar algunas inconformidades, mientras que otras tantas fueron debido al desacuerdo en que pasaran a votar personas de la tercera edad y discapacitados antes que los demás, a pesar de que ésta fuese una instrucción por parte del IFE, en consideración a este grupo de población.
FALTA DE COMUNICACIÓN
En el caso de las casillas instaladas en la FCA, que fueron tres -contigua, básica y especial-, surgieron problemas que derivaron en inconformidad de los ahí presentes, ya que no hubo personal que les indicara la diferencia de las funciones de las casillas, por lo que todos los que llegaban asumieron que era sólo una fila y se incorporaron a ésta.
Cabe mencionar que la formación se extendió hasta la Facultad de Derecho (Fader), situación que provocó agresiones verbales y algunos indicios de empujones, sin pasar a mayores, viviéndose algo parecido en las casillas ubicadas en la escuela Gabriela Mistral
Aspectos similares enfrentaron las casillas de la Central Camionera como de la escuela Gabriela Mistral, al momento de dar a conocer el desabasto de boletas, razón que desencadenó la incoformidad de los votantes, que en su desesperación trataron de ejercer medidas de presión, incluso amenazando con atentar contra las urnas, situación que frustraron elementos de la Policía Ministerial y Municipal, resguardando el material electoral en ambos casos.
