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Oswaldo Sánchez aporta liderazgo

Humberto Vázquez Frayre

Santos Laguna gana en varios aspectos con la contratación del portero nacional, Oswaldo Sánchez.

El Siglo de Torreón

TORREÓN, COAH.- No es descabellado afirmar que Oswaldo Sánchez es uno de los mejores porteros del mundo, pero la realidad es que como la liga mexicana no es muy popular fuera de Latinoamérica, el resto del planeta aún no conoce su capacidad, aunque en la Copa Mundial de Alemania 2006 dejó ver sus dotes a pesar de la pena que le embargaba con la reciente muerte de su padre.

Oswaldo Javier Sánchez Ibarra es su nombre completo y es un guardameta de excelentes cualidades, grandes reflejos, achiques espectaculares y, sobre todo, dotado de un liderazgo y vergüenza deportiva fuera de serie. Nació el 21 de septiembre de 1973 en Guadalajara, Jalisco, y antes de enrolarse en Santos Laguna jugó para Atlas, América y el Guadalajara.

Antes de ser profesional Oswaldo jugó varias temporadas en equipos mexicanos y llegó a ser seleccionado para jugar como portero titular de las selecciones Sub-20 y Sub-23 de México. Consiguió diferentes premios dentro de la categoría de juvenil y su calidad le hizo destacar lo suficiente como para que en 1993, y con sólo 20 años de edad, llegara a firmar el que sería su primer contrato profesional con los Rojinegros del Atlas.

Una pieza importante en su vida fue su padre, Felipe de Jesús Sánchez Carmona, de 52 años, quien murió en la ciudad de Guadalajara el pasado siete de junio de 2006, en vísperas de su viaje a Alemania para verlo jugar en el Mundial.

Ante esto tuvo que regresar a la Perla Tapatía para el velorio de su padre y después volver a tierras teutonas, gracias a que los dueños de los clubes pagaron un jet privado para que Oswaldo llegara lo más rápido posible y pudiera disputar el primer cotejo ante la selección de Irán.

Su actuación en este Mundial fue sobresaliente, ya que evitó muchos goles a raíz de sus grandes atajadas. Recibió cinco goles en cuatro partidos, uno ante los iraníes, dos frente a los portugueses y también un par contra los argentinos, dejando en cero a los angoleños.

Con el Atlas debuta en la temporada 1993-1994 y son eliminados precisamente por los Guerreros en cuartos de final, con dos golazos de Héctor ?Ruso? Adomaitis y uno más de Daniel ?Travieso? Guzmán, su ahora entrenador albiverde para el Clausura 2007.

En el Invierno 1996 pasa al América y en el Invierno 1999 fue vendido a las Chivas en una polémica transacción. Con el Rebaño Sagrado hizo historia, y a pesar de su calidad no había tenido la oportunidad de levantar el trofeo de campeón en la liga mexicana hasta el Apertura 2006, cuando vencieron al Toluca en la gran final.

Oswaldo ha disputado dos semifinales de la Copa Libertadores con el Guadalajara y ha obtenido varios premios como mejor portero y mejor jugador del torneo mexicano en distintas ocasiones. Sus extraordinarias cualidades florecieron muy pronto, ya que fue titular en la selección juvenil mexicana que participó en el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA Australia 1993, aunque bajo la sombra primero de Jorge Campos y después de Óscar ?Conejo? Pérez, le costó mucho trabajo consolidarse en el marco tricolor de la categoría absoluta.

El impresionante talento del famoso portero-delantero cerró las puertas en varias ocasiones al ahora arquero santista. Primero fue en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, ya que durante las eliminatorias en Canadá, Oswaldo había sido el titular indiscutible y todo parecía indicar que tendría su primera experiencia en la justa veraniega, en donde sobresalieron Ronaldo, Nwankwo Kanu, Cuauhtémoc Blanco y Hernán Crespo.

Pero el técnico Carlos de los Cobos tenía otros planes. Consideraba que el joven equipo mexicano necesitaba un portero de experiencia y decidió llamar a Campos. Así, Oswaldo debió ver desde la banca cómo su equipo era eliminado en cuartos de final por Nigeria, futuro medallista de oro.

En la Copa Mundial de la FIFA 1998 sucedió lo mismo. La posición de Jorge Campos era inapelable y Oswaldo Sánchez debió contentarse, una vez más, con el frío consuelo del banco de suplentes.

A pesar de sus ausencias en torneos importantes, el portero ya contaba con 30 llamados a la Selección, y durante una buena parte del proceso para Corea-Japón 2002 recuperó el puesto titular en el tricolor. Sin embargo, con el cambio de entrenador (Javier Aguirre por Enrique Meza) y el gran momento que vivía su habitual suplente, Óscar Pérez, lo relegó al banquillo en su tercer torneo importante de forma consecutiva.

Pero esas malas experiencias hicieron madurar a Oswaldo Sánchez. Dejó atrás la inseguridad que lo acompañó durante buena parte de su carrera y se convirtió en una garantía, tanto en las Chivas Rayadas del Guadalajara como en la Selección Nacional.

Por fin se adueñó del puesto, de una vez por todas, y por si fuera poco, fue nombrado en algunas veces capitán tricolor por Ricardo La Volpe.

En lo futbolístico, este año fue importante para Sánchez, quien jugó la Copa Mundial de Alemania, salió campeón del futbol mexicano con el Rebaño Sagrado y firmó un jugoso contrato con los Guerreros, con el cual aseguró su futuro deportivo y económico.

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