FLORITA
Erguida, soberbia y pretenciosa
se cree lo máximo y muy hermosa.
Haciendo gala de muchos dones
va cual gacela por los rincones.
Como en el bosque, los animales,
vive Florita en sus caudales.
Anillos varios usa sin fin;
llena su pecho con mil collares.
Ésta es mi vida, exclama ufana
haciendo alarde de raíz vana.
Yo todo tengo, yo todo puedo
y con talente, no me conmuevo.
¿Cómo me voy a entristecer?
Con todo esto, ¡no puede ser!
El mismo satán se ve en sus ojos,
que resplandece, cuando de hinojos
se jacta altiva de no aburrirse
teniendo siempre de quién reírse.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.