GABRIEL
Corría el 85 de un bello mes otoñero,
cuando mi hijo quinceañero
la buena nueva nos dio.
Ya ando con Marli nos dijo
y de dicha nos inundó.
Pero la novia resultó
ser una bella personita,
que uno poco más que expedita
y la niña nos procuró.
Y con su afable carácter
a todos nos conquistó.
Habiéndose convertido
en una fiel ayudante,
que con su apoyo constante
y siempre unidos del brazo,
el diligente estudiante
la carrera terminó.
Premiándonos mi buen Dios
con ya todo un licenciado
sin gozar de vivir lo amable,
no le bastó lo logrado
y con afán muy afable
a maestría ingresó.
Por méritos sabios de ella
y siempre viendo adelante
un negocio encaminaron
y rápido prosperaron.
Jesús que no se equivoca
dotándolo de inspiración
fundó el grupo Loma
de su propia posesión.
Y como flechazo certero
fue ella su amor primero.
Y así concluye la historia
de un noviazgo de acero
de dos almas que con gloria
habían marcado el sendero.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.