Qué difícil arrancar el año. No puse entre mis propósitos el ejercicio. Me siento pesado, sin agilidad física y, peor aún, sin agilidad mental. ¿Me estaré haciendo viejo? Cuando pienso en ello y lo comento en familia mi hija menor me regaña y amenaza con darme nietos, sin casarse aún, para justificar mi vejez. ¡Sí, cómo no! Pero qué remedio, no nos queda sino aceptar que el tiempo pasa. No obstante, habiendo tanto qué hacer tendremos que, como dice la canción, sacar juventud de nuestro pasado, hacer ejercicio y ponernos a tono con los nuevos tiempos.
Ha comenzado un año nuevo, que será complicado en el ámbito político pero esperamos que no trágico. Confiamos en que los intereses económicos, y los grupos ultraconservadores, no busquen impedir a toda costa el avance de la izquierda, del sur hacia el norte de América Latina. A nadie conviene la eliminación física de un candidato presidencial, pues viviríamos una convulsión social de impredecibles consecuencias. Por ello no es tema de importancia menor el de la seguridad de los candidatos por parte del Estado mexicano; pero más importante aún es la movilización ciudadana, la alerta constante de los mexicanos a lo largo de las campañas, para cuidar a quienes buscan ocupar la silla presidencial. Este es un asunto que compete a todos, no sólo a grupos especializados.
Por otra parte, empezamos 2006 con el inicio de La Otra Campaña, con el subcomandante Marcos convertido ahora en Delegado Cero, tratando de llamar la atención sobre los graves problemas nacionales y cuestionando lo pervertido de la política partidista. Esperemos que no resulte contraproducente y desaliente el voto ciudadano, especialmente el que puede favorecer el triunfo de la izquierda en nuestro país. Habremos de estar atentos al desarrollo de esa Otra Campaña, que se ha visto interrumpida por la muerte de la comandanta Ramona, esa mujer excepcional sobre la que se han escrito en estos días extraordinarios textos por periodistas calificados que la conocieron y la trataron desde el surgimiento del EZLN en 1994.
También abrimos el año con una gira internacional por demás interesante del presidente electo de Bolivia, Sr. Evo Morales, por América, Europa y Asia, buscando generar las condiciones para rescatar la dignidad de ese pequeño país y sus habitantes, mayoritariamente indígenas. Es destacable la sencillez con la que Evo Morales se ha entrevistado con distintos jefes de Estado y empresarios de otros países de distintos continentes, junto a la firmeza con la que ha defendido el derecho de su nación a ejercer el control de sus recursos naturales para beneficio de su pueblo. Quizás por razones como ésta es que no se ha podido entender del todo con el presidente Vicente Fox, según lo ha expresado el propio mandatario electo boliviano en su reciente visita a Francia.
En el ámbito interno se presentó, como señal negativa de apertura de año, el relevo en la Secretaría de Desarrollo Social de su titular Josefina Vázquez Mota por una activista del Partido Acción Nacional, la Sra. Ana Teresa Aranda, quien no reúne el perfil para ocupar el cargo, pues es del dominio público que no tiene ni preparación ni experiencia para el desempeño exitoso de esa alta responsabilidad. Lo grave de este asunto es que la señora Aranda forma parte del sector ultraderechista que en el Gabinete foxista encabeza el señor Ramón Muñoz, perteneciente al Yunque, los cuales buscan, con el apoyo de la Sra. Martha Sahagún, conservar el poder poniendo a disposición de la campaña del PAN una dependencia de importancia estratégica como es Sedesol, con la complacencia -por no decir complicidad- del presidente de la República, convertido hoy en principal promotor de la candidatura de Felipe Calderón.
Como puede apreciarse, los escenarios del futuro inmediato y mediato no son simples, mas bien son complejos, por lo que se va a requerir de que estemos en buena forma física y mental, para estar en posibilidades de revisar, analizar, estudiar, cuestionar, lo que se vaya dando en nuestro entorno social y político; para contar con la lucidez y energía necesarias para generar propuestas viables y desencadenar acciones comprometidas. Por ello considero conveniente reconsiderar mi posición inicial. Nada de pesadez, nada de dejarse avasallar por el peso de los años. Hacer lo necesario para desarrollar la suficiente agilidad física y mental, de manera que podamos hacer frente con optimismo, pero también con realismo, a los retos por venir, que son muchos, y eliminar la negatividad para dedicarnos a construir cosas buenas en el año que ha empezado.