Con motivo del Bicentenario del Natalicio del licenciado Benito Juárez García, el mes de marzo se llevó a cabo una serie de homenajes en toda la República, incluyendo una Sesión Solemne en el Congreso de la Unión con la participación de los tres Poderes Federales y un Acto Conmemorativo en su natal Guelatao, Oaxaca, con la asistencia del presidente de México Vicente Fox.
La importancia de la figura de Juárez es de tal magnitud que no basta con que se le rinda ese tipo de homenajes en ceremonias formales, a donde algunas autoridades, empezando por el propio presidente Fox, acuden más por compromiso que por el convencimiento del valor del legado juarista.
No desdeño esos actos ceremoniales, pero estoy convencido que es de mayor trascendencia otro tipo de acciones como la divulgación de su biografía y de su obra de Gobierno, haciendo llegar publicaciones a todas las escuelas del país, dándola a conocer por los medios de comunicación, editando videos, organizando foros, conferencias y generando unidades didácticas o módulos para la enseñanza en los distintos niveles educativos. Pero sobre todo habrá que valorar e intentar seguir su ejemplo en muchos sentidos.
De acuerdo con lo anterior y reconociendo el extraordinario papel que puede jugar el magisterio en tareas como las señaladas, la Fundación Cultural y Educativa Profesor José Santos Valdés García, A. C., en coordinación y con el total respaldo de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, organizó lo que ha denominado “Jornadas Juaristas”, iniciando precisamente el mes de marzo con dos conferencias sobre Benito Juárez con el propósito de motivar a los maestros y a los estudiantes normalistas para reencontrarse con el conocimiento de la vida y la obra de tan destacado personaje de nuestra historia.
La primera conferencia fue en Ciudad Lerdo, sustentada por el profesor Roberto Treviño Rodríguez bajo el título La República Itinerante. El profesor Treviño, director del Museo Histórico de Congregación Hidalgo, municipio de Matamoros, Coahuila, hizo una excelente exposición didáctica para ubicar la imponente figura de Juárez más cerca de nosotros, ayudándonos a comprender el significado de su recorrido por el país y en particular por estas tierras laguneras.
Con apoyo de diapositivas nos pudo precisar los lugares donde estuvo el Benemérito, las personas que lo acompañaron y los contactos que hizo. De igual manera, nos permitió conocer con cierto detalle la dimensión humana del más grande personaje de la historia mexicana del siglo XIX, pero también nos confirmó en la idea de la reciedumbre y la fortaleza que lo caracterizaron como gobernante, con aquella firmeza de convicciones tan necesarios en esos tiempos convulsos y con la claridad de rumbo para la nación que se requería ante las graves acechanzas tanto del exterior como del interior.
No puedo dejar de señalar el orgullo que representa para los maestros de la Sección 35, el contar en nuestro gremio a un compañero como el profesor Treviño que se ha preocupado por promover el gusto por nuestra historia nacional, pero sobre todo por actuar decididamente a favor de mantener el legado de Juárez entre las nuevas generaciones.
La segunda conferencia se llevó a cabo en Gómez Palacio con la participación del destacado abogado Jacinto Faya Viesca, quien desarrolló el tema: La ideología de Juárez hoy en día. Más que una conferencia, escuchamos una extraordinaria y emotiva pieza oratoria donde se realzó la vigencia de las ideas juaristas. Hemos de agradecer al licenciado Faya el que haya iniciado su disertación reconociendo la importancia de la labor magisterial, como un sector de la sociedad desde el cual se pueden mantener vivos los ejemplos de los grandes hombres y mujeres de la Historia de México.
La palabra firme y clara del sustentante nos llevó, en esta conferencia, a entender el significado del liberalismo de la generación de Juárez en oposición al Neoliberalismo de los tecnócratas de nuestro tiempo; a revalorar los conceptos de soberanía y de patria, que para algunos ya son planteamientos nostálgicos. Pero también nos permitió reflexionar sobre la actitud de los gobernantes frente al ejercicio del poder, el manejo de los recursos y la defensa de los intereses nacionales, llevándonos a obtener conclusiones sobre la importancia y necesidad de retomar ejemplos del pasado, especialmente de los aportes de gobernantes como Benito Juárez, pues su figura se engrandece ante la actual degradación de la política y la mediocridad en el Gobierno que hoy padecemos.
Para la realización de esas conferencias se contó también con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública en Durango y las autoridades de Ciudad Lerdo y Gómez Palacio. En función de lo señalado, no podemos sino reconocer el valor que tiene el que personalidades como el licenciado Jacinto Faya Viesca y el profesor Roberto Treviño Rodríguez hayan compartido, con maestros y estudiantes normalistas, su convicción juarista y sus conocimientos sobre la vida y la obra de don Benito Juárez García.
Nos queda el reto de hacerlos extensivos a nuestros alumnos, de asegurarnos que se sigan difundiendo y contribuir a formar ciudadanos más completos, más críticos, que valoren nuestra historia y que sepan exigir a los gobernantes que guíen su actuar con base en los principios y el ejemplo que nos dieron los hombres que contribuyeron a la construcción de nuestra República y le dieron sentido al concepto de patria.
Qué bueno que el Bicentenario del Natalicio de Juárez nos dio la oportunidad de ver nuevamente su figura y su nombre en los medios de comunicación masiva, así como de escuchar y recuperar sus planteamientos respecto a temas relacionados con la vida pública.
Pero, insisto, no bastan estos homenajes de coyuntura, pues lo que se requiere es seguir honrando su memoria permanentemente, por lo menos en las escuelas y de todas las formas posibles.
