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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

Nunca podemos planear el porvenir sólo por el pasado

El filósofo alemán Shopenhauer escribió en su obra ?El arte de ser feliz?, la Regla número 14, en los siguientes términos:

?Se podría decir que buena parte de la sabiduría de la vida se basa en la justa proporción entre la atención que prestamos en parte al presente y en parte al futuro para que la una no pueda estropear a la otra. Muchos viven demasiado en el presente (los imprudentes), otros demasiado en el futuro (los miedosos y preocupados), raras veces alguien mantendrá la medida justa. Quienes sólo viven en el futuro con sus ambiciones, que siempre miran hacia delante y corren impacientes al encuentro de las cosas venideras como si sólo éstas pudieran traer la verdadera felicidad, y dejan que, mientras tanto, el presente pase de largo sin disfrutarlo ni prestarle atención, estas personas se parecen al asno italiano de un cuadro del pintor Heinrich Tischbein (quién acompañó a Goethe a Nápoles en 1787), con su fajo de heno atado con una cuerda delante de él para acelerar su paso.

La tranquilidad del presente sólo la pueden molestar aquellos males que son seguros y cuyo momento de producirse es igualmente seguro. Pero hay muy pocos que sean así, porque o bien son seguros pero el momento de su acaecimiento es del todo incierto, como por ejemplo, la muerte. Si nos entregamos a estos dos tipos de malestar, no nos quedará ni un instante de tranquilidad. Para no perder la serenidad de toda nuestra vida ante males inciertos o indefinidos, debemos acostumbrarnos a ver los primeros como si nunca llegaran y a los segundos como si con seguridad no acaecerían en el momento actual?.

Ya he comentado en esta Columna en ocasiones anteriores, que las personas tenemos características muy ?individuales? de vivir emocionalmente las tres dimensiones del tiempo: el pasado, el presente, y el futuro. Schopenhauer nos da sabios consejos para vivir adecuadamente las vivencias del tiempo pasado y las vivencias del tiempo futuro.

La sabiduría de los antiguos, de los clásicos, no tiene rival en estos temas de cómo vivir con serenidad y provecho las dimensiones del pasado y del futuro. El Profeta Isaías nos aconseja en la Biblia: ?No os condoléis de las cosas pasadas y no miréis las antiguas?. Claramente, Isaías se inclina a que nuestro pensamiento y emociones se ocupen de las cosas del presente. Por su parte, el poeta Virgilio en su obra cumbre, ?La Eneida?, le da una gran importancia a los sentimientos de la melancolía, sentimientos que sólo encuentran tierra fértil en la dimensión del pasado. Virgilio escribió: ?Ah, si Júpiter me volviera a traer los años ya pasados?.

Ciceron asume una posición estoica y realista: ?No podemos cambiar el pasado?. Y el pensador inglés Burke muestra su realismo lógico: ?Nunca podemos planear el porvenir sólo por el pasado?.

El apóstol San Pablo, rechaza el pasado y el futuro, y así lo dijo: ?Comamos y bebamos, que mañana vendrá la muerte?.

Critilo, se inclina por el pensamiento de Schopenhauer, y por la manera como Séneca se refiere al futuro: ?Sólo hay sufrimientos para el alma que se inquieta por el porvenir?. Y también Critilo está totalmente con Einstein, el más grande científico del Siglo XX, quien dijo: ?Yo nunca pienso en el futuro, llega demasiado aprisa?.

Agradeceré sus comentaros: palabrasdepoder@yahoo.com.mx

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