La concentración constituye una cuestión vital en las realizaciones de nuestra vida
El Emperador Marco Aurelio en el número cinco del Libro II de su Obra ?Meditaciones?, escribió: ?A todas horas, preocúpate resueltamente, como romano y varón, de hacer lo que tienes entre manos con puntual y no fingida gravedad, con amor, libertad y justicia, y procúrate tiempo libre para liberarte de todas las demás distracciones. Y conseguirás tu propósito si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida, desprovista de toda irreflexión, de toda aversión apasionada que te alejara del dominio de la razón, de toda hipocresía, egoísmo y despecho en lo relacionado con el destino?.
Esta meditación de Marco Aurelio es admirable por las ideas que trata. Nos pide, que hagamos lo que tenemos entre manos, pero de una manera resuelta. Hacer las cosas resueltamente, es llevarlas a cabo como lo aconsejaba Napoleón: ejecutar nuestras tareas con una decisión y voluntad total. Decía Napoleón, que él debía gran parte del éxito en su vida, porque las tareas las hacía con ?voluntad resuelta?. Esto implica, no solamente una férrea decisión, sino ejecutar en la realidad nuestros asuntos con una total determinación. Quevedo, atribuía a muchos de nuestros fracasos a que hacíamos nuestras cosas a medias, con actos de voluntad débiles, y con negligencia. Decía Quevedo, que nada más sucio, que un hombre descuidado en sus negocios, negligente, y con la vana esperanza, de que nuestras tareas, otros nos las resolvieran.
Marco Aurelio, también nos recomendó a ?liberarnos de todas las demás distracciones?. Gracián, a lo largo de sus obras nos repite múltiples veces la idea de ?descartar? lo que es inútil a nuestra vida y lo que consume nuestra existencia en trivialidades. El poeta alemán Goethe, siempre daba el siguiente consejo a quienes le pedían cómo podrían triunfar en sus propósitos. A esto, Goethe les contestaba y aconsejaba: ?Con tal y que no te distraigas?. Para Goethe la distracción constituía un poderoso enemigo en nuestros proyectos y tareas. Goethe, que fue un gran pedagogo le atribuía a la ?actividad incesante? un valor supremo, pues para este poeta ?la actividad incesante?, era la forma como mejor se expresaba el espíritu humano.
Julio Payot el gran pedagogo francés veía en las distracciones, al enemigo crucial que lograba que nuestros mejores propósitos fracasaran. Por ello para Payot nada mejor que concentrarse de manera total en nuestra tarea, y dejar la distracción, hasta que hubiéramos concluido lo que nos propusimos. Lo mismo opinaba el gran médico español Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina, quien en su obra ?Tónicos de la voluntad?, decía, que solamente concentrándonos en nuestras tareas y no distrayéndonos era como podía nuestro cerebro experimentar cambios neuronales adecuados para realizar con éxito nuestras actividades. Para Ramón y Cajal la concentración constituía una cuestión vital en todas las realizaciones de nuestra vida.
Critilo está convencido, que los consejos de los anteriores pensadores, nos conducen a una vida llena de logros y de prosperidades
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