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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

Levantad tan alto vuestra alma que el desprecio no llegue a ella

ARISTÓTELES, en su obra Arte Retórica, nos dice que hay tres especies de Desprecio: el Menosprecio, la Calumnia y el Ultraje. Nos da algunos componentes de cada una de estas especies, aunque no las define. El Desprecio, que sería el género de las tres especies, es una desestimación, en una falta de aprecio y lo manifestamos en omisiones o actos de desaire y de desdén. El filósofo francés DESCARTES en sus Meditaciones nos aconsejaba: ?Levantad tan alto vuestra alma que el desprecio no llegue a ella?. Aquí, el consejo es para el que ha sido despreciado. Despreciar a alguien es siempre peligroso y así nos lo hizo ver PAUL TANNERY: ?No se paga jamás demasiado como el derecho a despreciar a alguien?. Y si observamos detenidamente nuestros sentimientos cuando despreciamos a alguien, advertiremos, que al manifestar nuestro desprecio, a lo más, nos da un alivio momentáneo, pero jamás nos consuela en definitiva. Y afortunadamente, raras veces despreciamos a alguien, en comparación con el odio que sentimos por otros, siendo este sentimiento más frecuente que el del Desprecio.

El Menosprecio, creo que es un sentimiento menos intenso que el Desprecio; en todo caso, sí es una especie del Desprecio, pero con una carga emocional menor. Es más bien, un desdén, es decir, un sentimiento de indiferencia y despego. Y el desdén es mucho más fácil de mitigar cuando hemos sido desdeñados por alguna persona, tal y como lo dijo el Papa CLEMENTE XIV: ?El desdén se desarma con dulzura?. En cambio, el odio, muchas veces lo podemos inflamar más con actos de dulzura. La historia ha demostrado casos de extrema crueldad en invasiones y guerras, en las que el jefe militar más se ensañaba en su crueldad ante las peticiones de clemencia; y en cambio, ese mismo jefe militar que ejecutaba a personas sin cesar, le desaparecía de inmediato su ira furibunda ante actos de valor de las víctimas. La valentía, en los casos de odio nos salva más, que cuando suplicamos.

La Calumnia, que para ARISTÓTELES es una especie del Desprecio, consiste en una acusación falsa, hecha con malicia con la finalidad de causarle daño al calumniado. Nuestro inmenso CERVANTES, escribió: ?Es tan ligera la lengua como el pensamiento y si son malos las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua?. Para QUINTILIANO, ?Del maldiciente al malhechor sólo media la ocasión?. Y ya el mismo Jesucristo lo sentenció: ?Mucho más cruelmente hiere la lengua que el hierro?. La Calumnia es tan poderosa que sus efectos son tan rápidos como el rayo y tan devastadores como el fuego. En su obra HAMLET, SHAKESPEARE lo deja bien claro: ?Aunque seas tan casto como el hielo y tan puro como la nieve, no escaparás de la calumnia?. Como que existe una cierta debilidad en todos los seres humanos, pues nuestro corazón le da fácil entrada a la Calumnia, y es por esa debilidad, por lo que la Calumnia es tan perniciosa.

El Ultraje es la tercera especie del género del Desprecio, que ARISTÓTELES menciona. El Ultraje consiste en un maltratamiento, en una injuria de obra o de palabra. Este Ultraje, tiene sus distintos grados de gravedad de toda persona. LORD BYRON, el gran poeta inglés, sentenció de esta manera a este tipo de maltratamiento y de injuria: ?Mientras sepamos guardar el momento propicio, no hay poder humano, si no ha sido perdonado, que pueda escapar a la busca paciente, a las largas esperas de aquel que guarda como un tesoro el recuerdo de un ultraje?.

Y este recuerdo que el ultrajado guarda como un tesoro, tiene como única finalidad la venganza del Ultraje. De hecho, el despreciado, el menospreciado, el calumniado y el ultrajado, en la gran mayoría de los casos esperan, algunos con paciencia, y otros precipitados en la prisa, actuar para vengar las afrentas recibidas. Somos todos los seres humanos muy proclives a sentirnos despreciados, menospreciados, calumniados y ultrajados. Y muchos, son tan sensibles, que estas afrentas no les permiten un descanso a su corazón si no han sido vengadas. Por ello, nada más peligroso que despreciar, y menospreciar, calumniar, y ultrajar.

Critilo nos pide que tenemos que luchar siempre para no cometerlas y si lo hacemos, estamos conscientes que siempre estaremos en peligro. No nos expongamos al famoso refrán latino: ?Quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe?. Y recordemos además que en los ofendidos valientes, mucha razón tuvo THOMAS OTWRY, cuando sentenció: ?Una venganza valiente nunca llega demasiado tarde?.

Agradeceré sus comentarios: palabrasdepoder@yahoo.com.mx

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