Nuestras vidas tienen siempre un pleno sentido.
El nihilismo es la negación de toda creencia y de todo principio político y social.
En el fondo, todo nihilista siente una fascinación mórbida por la muerte. La idea más fija de un nihilista es la de que ?la vida no tiene ningún sentido?. Si le negamos a cada persona su particular ?sentido de la vida?, los estamos considerando como personas incapaces de entender y amar la vida, puesto que las personas que creen que sus vidas tienen ?un sentido?, están equivocadas, según los nihilistas. Para éstos, simplemente la vida carece totalmente de sentido.
Para el siquiatra Víktor Frankl, ?el sentimiento de falta de sentido de la vida? no constituye ninguna enfermedad sicológica, aunque sí un severo trastorno existencial. Frankl tiene razón: no es ninguna enfermedad emocional, pero para quien la vida no tiene sentido, su particular vida la encuentra estrecha y con falta de significado. Para el mencionado siquiatra, la mayoría de las personas no padece de trastornos emocionales, sino que sufre ?un sentimiento de falta de sentido? en sus vidas.
Hablamos del hombre del medio actual y no de millones de personas que sufren de hambre. Para estos seres humanos los problemas son de supervivencia física, por lo que los problemas emocionales y existenciales, no ocupan, probablemente, el más mínimo lugar en sus vidas.
Frankl mantuvo por mucho tiempo una constante correspondencia con Freud, quien le contestaba sus cartas en menos de 48 horas. Frankl tuvo la oportunidad de conocer personalmente a Freud y al saludarlo, Freud se presentó diciéndole correctamente la dirección de la casa de Frankl. Este siquiatra se alejó de la corriente académica de Freud y de Alfred Adler y fundó su propia escuela, conocida mundialmente como ?Logoterapia?.
¿Qué nos sucede cuando no le hemos encontrado a nuestra vida un verdadero sentido? El siquiatra Jung afirmó que ?la neurosis es el sufrimiento del alma que no ha encontrado su sentido?. Frankl creía que la falta de sentido en nuestras vidas no constituía ninguna neurosis, pero sí en cambio estaba convencido que ?la falta de sentido en nuestras vidas?, nos creaba grandes trastornos en nuestra existencia.
Pero en todo caso, la pregunta fundamental es esta: ¿Realmente mi vida, mi particular vida, tiene un sentido o puede tenerlo? La experiencia nos dice que un buen porcentaje de personas cree que sus vidas no tiene ni puede tener un sentido.
Cuando además, una persona cree que su vida jamás puede tener algún sentido y esa persona es violenta, estamos ante un nihilista que niega todo principio político y social y cualquier tipo de creencia. Esas personas se sienten tan vacías y desorientadas, que nada en la vida los contenta y a nada le encuentran gusto.
¡Por supuesto que la vida de todas las personas puede tener un sentido y además enormemente valioso! Cada persona puede encontrarle a su vida un profundo sentido. Puede encontrárselo, trabajando, explotando sus talentos naturales; puede encontrarlo luchando por alimentar a sus hijos, por cuidar a un ser querido enfermo; lo puede encontrar contemplando la naturaleza; o bien, aún padeciendo graves incapacidades físicas, su vida puede tener un profundo sentido, pues da ejemplo de su entereza ante las limitaciones físicas y su sufrimiento.
Por más humilde que sea la tarea de una persona, nos dice Critilo, ése ser humano puede encontrar una vida llena de significado y lo puede hacer de múltiples maneras por más humilde que sea su posición social o económica.
Nos decía Goethe, que dondequiera que metiéramos las manos en la vida, podríamos hacer cosas maravillosas. Nuestra vida tiene sentido por más limitados que estemos y al encontrar en nuestras vidas ese sentido y significado, nuestra existencia ya no sería angosta ni pequeña, sino grande, hermosa y llena de nobleza.
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