El Siglo de Durango
Se complicó el acceso al lugar donde se programó el festejo del Día del Árbol, celebrado en presencia de Vicente Fox Quesada, presidente de la República, en el paraje Los Llanitos del ejido El Nayar, ayer por la mañana.
Los inconvenientes se dieron a partir de una paralización en el tráfico vehicular, debido a las operaciones que llevaba a cabo el retén de policías ministeriales, ya que elementos de esa corporación se dedicaron a parar a cada vehículo que transitaba por esa ruta e inspeccionaban los interiores de los automóviles, al tiempo que revisaban a los pasajeros y sus pertenencias minuciosamente.
La fila de autos acumuló alrededor de 200 vehículos sobre la carretera, mismos que iniciaron actos de desesperación al circular sobre el carril contrario, encontrándose de nueva cuenta ante la imposibilidad de poder avanzar más.
Al costado de la carretera y a escasos metros del retén se encontraban algunos carros y camionetas estacionados y custodiados por elementos de la Policía Ministerial, ya que los propietarios, al verse impedidos de seguir su trayecto si no dejaban las pancartas que llevaban consigo en ese lugar, decidieron deshacerse de ellas para dirigirse al sitio donde se efectuaría el acto simbólico de la celebración del Día del Árbol.
Camiones de pasajeros, carros particulares así como oficiales, camionetas y cualquier vehículo fueron detenidos y abordados por los uniformados sin tomar en cuenta la hora que era y el tiempo que se perdía en ese punto, retrasando así la llegada de quienes pretendían acudir a presenciar el evento.
La gente que pudo llegar puntual al lugar donde se llevaría a cabo el protocolo correspondiente enfrentó otra problemática ya que de nueva cuenta se le sometía a una nueva revisión de sus pertenencias, entorpeciendo una vez más los accesos.
El Primer Mandatario arribó al lugar cinco minutos antes de la hora acordada: las 11:00 horas, mientras que la movilización del Estado Mayor Presidencial no se hizo esperar, así como de los funcionarios estatales y municipales que esperaban poder escoltar a Vicente Fox hasta la tarima en la que ellos lo acompañarían.
Las sillas que esperaban la llegada de la gente poco a poco se fueron ocupando; finalmente fueron alrededor de mil quinientas personas las que se dieron cita en el lugar, pero para llegar a esa cifra aproximadamente tuvo que pasar alrededor de media hora, ya que la integración de éstos fue lenta.
La seguridad en el lugar bajó la guardia hasta que Fox Quesada se despidió de los duranguenses abordando el helicóptero que lo transportaba.