DESCARTAN AUTORIDADES ESPECULAR SOBRE LA CONDICIÓN DE LOS TRABAJADORES ATRAPADOS.
Aseguran mineros que la inseguridad siempre ha existido.
Agencias
SAN JUAN DE SABINAS, Coahuila.- El que prometía ser el día decisivo se convirtió en el día de la desesperación.
Familiares de los mineros atrapados en la mina Pasta de Conchos, exigieron ayer a gritos que las autoridades les digan la verdad y amenazaron con entrar a la mina por la fuerza.
?Por qué de una vez no nos desengañan, ya es mucho. De una vez que nos digan lo que pasó o por qué están dando falsas noticias?, pedía María Cantú, madre de un minero atrapado.
?¿Qué está ocultando?, si no nos dice la verdad, entraremos a la mina?, amenazó un hombre.
Yadira Gallegos, cuyo cuñado está atrapado, acusó a las autoridades de mentir.
?Nos dijeron que nos dirían algo a las tres de la tarde, pero nunca salieron. Queremos respuestas?.
Y es que después de más de 50 horas de búsqueda no había señal de los trabajadores atrapados.
Rubén Escudero, gerente de la mina, señaló que entiende el dolor y la desesperación de los familiares, pero que no va a hablar de sobrevivientes ni de muertos hasta no estar seguro.
?No puedo decirle no hay sobrevivientes y causar algo que no puedo remediar?, dijo.
Al respecto, Arturo Vilchis, director de Protección Civil, dijo que los funcionarios no pueden especular acerca de la condición de los mineros.
Desde la madrugada del domingo 65 mineros permanecen atrapados al interior de la mina Pasta de Conchos, luego que se produjo una explosión de gas en el túnel de acceso.
Autoridades de la mina creen que dos trabajadores que operaban una correa transportadora podrían encontrarse apenas más allá del muro, pero se desconoce cuándo llegarán a ese punto.
Doroteo Hernández Corona, uno de los mineros que trabajan en el rescate, dijo que avanzan en dos o tres horas para avanzar un metro.
No invierten en seguridad
Hace tres décadas no existían medidores de gases o metanómetros, entonce los mineros introducían en el tiro de la excavación o en las llamadas ?diagonales? un ave, la cual permanecía por unos momentos en el lugar y si vivía entonces los hombres ingresaban a trabajar.
Según Javier Ríos, ex minero quien laboró en la región por más de 27 años, la inseguridad siempre ha existido, con todo y los avances en la tecnología, con todo y las inversiones millonarias que en ocasiones sólo van enfocadas a la productividad y no a la seguridad.
?Pueden tener millones de pesos invertidos en tecnología, pero la terquedad de un mayordomo o un jefe en la mina puede provocar el accidente, como ocurrió en La Esperanza en 1988 donde murieron 39 personas?, dijo Ríos.
En esa ocasión, recordó, la mina era una de las más seguras, con mucha supervisión y conciencia de los mineros, pero la terquedad de un mayordomo provocó el accidente que sobrevino en una explosión.
?Los obreros no estaban trabajando ese día porque la concentración de gas era elevada y al llegar el mayordomo simplemente dijo que no tuvieran miedo, que comenzaran a trabajar y subió un switch, lo que provocó una chispa y la explosión?, explicó.
En el accidente de dicha mina, el rescate duró más de cinco días porque se esforzaron en localizar el cuerpo de un compañero que no era ubicado entre los escombros y los caídos, donde los derrumbes del mineral alcanzaban seis y hasta ocho metros.
Según algunos ex mineros, aunque algunas de las excavaciones cuenten con sistemas automáticos de suspensión de explotación cuando el gas sobrepasa el 1.5 por ciento en el ambiente, la empresa o los mayordomos ?puentean? o conectan directa la maquinaria como bandas para que la producción no se detenga.
?Cuando eso ocurre los mayordomos dicen simplemente que ahí está el trabajo o el camino de regreso y entonces los mineros no tienen nada más que ingresar al lugar a extraer carbón?, expresó Ríos.
El accidente más reciente ocurrido en la región carbonífera de Coahuila sucedió el 23 de enero del año 2002 en donde en la mina La Espuelita murieron 13 personas.
Siembra psicosis en Guanajuato accidente de Coahuila
El accidente ocurrido en San Juan de Sabinas, Coahuila, donde 65 personas se encuentran atrapadas por la explosión en una mina de carbón, sembró una psicosis en el estado de Guanajuato, donde mineros han extremado precauciones para evitar accidentes.
?Aunque las circunstancias no son las mismas que hay en una mina de carbón, aquí en Guanajuato este accidente nos hace reflexionar sobre la necesidad de extremar precauciones para evitar accidentes, no queremos morir sepultados?, señaló Juan de Jesús Rangel, miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana.
El trabajador, con 15 años de servicio, afirmó que los mineros de Guanajuato oran por sus compañeros atrapados en Coahuila.
En la ciudad de Guanajuato existen 14 minas, cinco de ellas en operación donde se extrae oro y plata.
Los riesgos no son similares a los de la operación de una mina de carbón debido a que no existe la presencia de gas metano que pudiera provocar explosiones como la acontecida en San Juan de Sabinas.
?Los riesgos de explosiones no son similares, aunque perder la vida en una mina es latente debido a que nosotros trabajamos con explosivos a una profundidad de hasta 600 metros y también pueden ocurrir derrumbes por el reblandecimiento del suelo?, manifestó.
