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MÉXICO, DF.- El reconocido actor francés Jean Paul-Belmondo, quien ha dejado huella en el cine mundial por su talento y calidad histriónica, cualidades que le han permitido desarrollar una gran variedad de géneros, festejará hoy su cumpleaños aquejado por los problemas cardiacos que padece desde hace más de un lustro.
Belmondo nació en Neuilly-sur-Seine, Francia, el nueve de abril de 1933, y su padre era escultor y su madre pintora.
El actor estudió en el Instituto Louis-le-Grand donde se distinguió como agitador. Fue en esa época cuando se deslumbró por el boxeo de aficionados.
Su atracción por la actuación le vino luego de haber audicionado ante André Brunot. Sin embargo, fue hasta 1950 cuando trabajó por primera vez en teatro en la obra itinerante La Bella Durmiente, que fue representada en diversos hospitales de París y en la cual encarnó el papel de príncipe.
Después de esto ingresó al Conservatorio donde tomó cursos de actuación de 1951 a 1956. Al concluir interpretó varios papeles hasta que alcanzó el estrellato con su personaje de Michel Poicard en Al Final de la Escapada (1960), que descubrió asimismo al público al cineasta Jean-Luc Godard.
Con esta película, así como con Una Doble Vida y A todo Riesgo, estas últimas de 1959, Belmondo modificó la imagen tradicional del galán joven.
A lo largo de su carrera, su físico y su técnica actoral le han permitido interpretar una gran variedad de géneros, desde la tragedia hasta la comedia, con una desenvoltura en la que se mezclan el cinismo y la sinceridad, componentes de un nuevo romanticismo.
Su capacidad lo ha llevado a interpretar todo tipo de cine, tanto en Francia como en Italia, en donde trabajó en cintas como Cartas de una novicia, Moderato Cantabile, La Viaccia, Dos Mujeres, Cartouche, León Morn, Sacerdote, El Confidente y El Guardaespaldas. La extensión de su registro es tal, que se le ha comparado con artistas como Humphrey Bogart, James Dean, James Cagney, Jean Gabin y Michel Simon.
Los papeles que ha desempeñado en diversas cintas subrayan una fragilidad existencial en contraste con una vitalidad anárquica, elementos que han hecho de Belmondo una estrella única y un actor carismático.
En su época de apogeo en el cine llegó a intervenir cada vez más en los diferentes niveles de producción de las películas, al grado de que los artífices de éstas (guionistas, dialoguistas y directores) eran elegidos por afinidades para perpetuar modelos que el público ya conocía.
No obstante, durante la década de los años 60 se desencantó por completo del cine comercial y se convirtió en la gran estrella francesa de comedia y acción. Por esa época, Jean-Paul Belmondo fue presidente del Sindicato de Actores Franceses (1963-1966).
La crítica ha coincidido en que luego de las cintas Dos Mujeres (J.L. Godard, 1960), Pierrot el Loco (1965) y Stravinsky (1974) esta última dirigida por Alain Resnais, se registró un revés en su carrera.
Años después fundó su propia compañía productora.
En 1989 recibió un premio César por su trabajo en El Imperio del León. Otras de las cintas en las que ha intervenido son: Linconnu dans la Maison, Testigo de Excepción, Las Cien y una Noches, Désire, Uno de Dos, Peutotre, Les Acteurs y Amazone.
En las últimas décadas, aunque ha trabajado en varias producciones cinematográficas, se ha dedicado más al teatro. En diciembre de 1999 fue hospitalizado en Bretagne a causa de un problema cardiaco durante la representación de un puesta en escena.
En agosto de 2001 fue de nuevo internado en un nosocomio después de sentirse mal durante sus vacaciones en la isla de Córcega. Los médicos habrían determinado que se trataba de un infarto cerebral.
