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GINEBRA, Suiza.- Los osos polares, hipopótamos o varias clases de peces de agua dulce, figuran entre más de 16 mil especies de animales y plantas amenazadas de extinción, dijo ayer la entidad ecologista Unión Mundial de Conservación (World Conservation Union).
Según la entidad con sede en Suiza, el número de especies clasificadas en grave peligro de extinción aumentó de unas 15 mil 500 en su anterior ?Lista Roja?, publicada en 2004.
Incluye uno de cada tres anfibios, un cuarto de las coníferas y mamíferos y una de cada ocho aves. El informe completo será publicado a fines de semana.
?La pérdida de biodiversidad va en aumento, no amaina?, dijo el director general de la entidad ecologista Achim Steiner. ?Las implicaciones de esta tendencia para la productividad y solidez de los ecosistemas y las vidas y trabajos de miles de millones de personas que dependen de ellos son muy amplias?.
La Lista Roja clasifica a unas 40 mil especies según su riesgo de extinción y aporta un banco de datos de los resultados. El número total de especies que habitan el planeta no es conocido, aunque la cifra más generalizada es unos 15 millones. De ellas, 1.8 millones son conocidas.
El aumento de la población humana es la principal razón de la merma de las especies, principalmente mediante la destrucción del hábitat natural, según la entidad ecologista.
Los osos polares están amenazados por el recalentamiento global y el retroceso de las masas heladas en las que habitan, ya que dependen del movimiento de éstas en el Ártico para cazar focas. Sufrirán una merma del 30 por ciento de su población en los próximos 45 años.
El número de hipopótamos en El Congo, sacudido por matanzas y guerras civiles desde hace décadas, ha descendido en un 95 por ciento, principalmente debido a la caza de furtivos para obtener su carne y el marfil de sus colmillos. ?Los conflictos regionales y la inestabilidad política en algunos países africanos crearon penurias y necesidades para muchos habitantes de la región y el impacto en la fauna silvestre ha sido igualmente devastador?, dijo el principal científico de la entidad ecologista Jeffrey McNeely.