Por lo regular nos encontramos en una reunión social y alguna persona se entera de que somos veterinarios, no falta las consultas en ese instante sin que el perro se encuentre presente en la fiesta. Es agradable platicar con esas personas que por lo regular en ese momento les nace contar las anécdotas y hasta el árbol genealógico de sus mascotas.
En algunas ocasiones hasta nos llegan a solicitar el tratamiento para el perro que ni siquiera conocemos pero sabemos de su sintomatología ya que el dueño nos ha hecho los sonidos guturales tal y cual hace su mascota, incluso hasta nos indican la manera de cojear después de haberse lastimado la pata, y nos piden que les digamos si es fractura o no para estar más tranquilos sobre la enfermedad de su perro, desde luego que no podemos dar así un diagnóstico o un tratamiento a la ligera y les pedimos que lleven a la mascota a la clínica para su revisión.
Precisamente en una reunión uno de los invitados me pidió que le recetara algo para su perrita Chow Chow de tres años que se había fracturado una pata, ya que había saltado del lavadero y desde entonces no caminaba, al tocarle la pata sentía un dolor intenso y lo que más le extrañó fue que había intentado morderle siendo una mascota de lo más dócil. La descripción fue muy exacta y convincente, de todos modos le sugerí que la llevara para tomarle unas placas radiográficas y saber exactamente el tipo de fractura y programarla para una posible cirugía en caso de que fuera necesario.
Al día siguiente se encontraba ?Negrita? (así se llamaba la Chow Chow) en la mesa de exploración y efectivamente tenía un dolor intenso que ni el mismo dueño la podía controlar hasta que fue sedada. Como se trataba de una raza de abundante pelo, no se habían percatado de la herida tan grande que tenía en el muslo de su pata derecha, al momento de rasurar la pierna y exponer la herida completa, inmediatamente me vino a la mente otro caso semejante al encontrar una herida en forma tan perfecta que circundaba toda la pierna, como si la hubiesen hecho con un bisturí con ayuda de una moldura. Después de desinfectarle y lavarle abundantemente la herida, busqué en lo más profundo del músculo y encontré lo que me temía... una liga. No hubo necesidad de tomarle la radiografía ya que la supuesta fractura a lo cual iba ?Negrita? no existía.
La liga había penetrado piel y músculos, se encontraba en tendones y parte del hueso. Al revisar sus dedos para checar la circulación sanguínea y al encontrar buenos reflejos, noté que afortunadamente no había lesiones de consideración en las terminaciones nerviosas a excepción de los músculos y piel. Después de la cirugía ?Negrita? despertó alegremente y su recuperación fue tan rápida que al día siguiente salió por sus propias ?patas?.
Es increíble la recuperación de los animales y el milagro de aferrarse a la vida, horas antes esos músculos se encontraban desechos y en unas cuantas horas no mostraban aparente dolor alguno, afortunadamente no hubo lesiones de consecuencia y ?Negrita? volvió a caminar perfectamente. Sólo Dios sabe los dolores de cabeza que nos causan algunas enfermedades de los animales que aún con exámenes de laboratorio y con tratamientos específicos no llegan a responder algunos de los pacientes, imagínese ahora si realizáramos los diagnósticos en fiestas sin conocer a nuestros clientes y mucho menos al enfermo, sólo contamos con una información trivial que nos da el propietario que se encuentra muy alegre durante la reunión.
Por experiencias que he tenido anteriormente sobre los casos de la ?liga misteriosa?, trato de no comentar nada sobre el origen de la liga, estoy seguro que en casa les queda una larga charla por continuar sobre todo si hay chiquitines inquietos que conviven con sus mascotas.