Durante toda la noche ?Kaiser?, un enorme perro de color blanco de la raza Samoyedo de un año de edad aproximadamente, se encontraba desesperado tratándose de alcanzar la cola, al lograrlo se mordía intensamente su molestia era bastante notoria, lo que indicaba a sus propietarios que necesitaba ayuda pero lo que más les inquietaba era el intenso prurito que sentía sobre la región anal, ésta se encontraba sumamente inflamada y bastante irritada tenía tres días molesto y desmejorado.
La raza Samoyedo se caracteriza por la majestuosidad de su cola con un esponjado y abundante pelo que al trotar la enrosca sobre su espalda con elegante gallardía, lamentablemente la cola de ?Kaiser? parecía la de un roedor gigante, se encontraba desprovista de pelo debido al intenso prurito de la extraña enfermedad.
La consulta fue a domicilio, por lo regular cuando nos hablan tratamos de que nos digan lo más notorio de los signos o la manera en que están actuando sus mascotas, cualquier información es muy importante para ir preparados con el medicamento o el equipo adecuado, por lo que preferimos en la mayoría de los casos recibir al paciente en la clínica para así revisar con mayor detenimiento o si hay que tomar alguna muestra o si tenemos que intervenir al paciente tener el equipo y el personal adecuado para hacerlo.
En el camino a la consulta por lo regular vamos pensando en el problema con que nos vamos a enfrentar, en este caso la llamada era de urgencia y lo primero que se me venía a la mente era un atasco fecal de sus intestinos o tal vez simplemente esté estreñido, pulgas o tal vez sarna, o algo irritante que comió, tal vez una dermatitis por contacto de un cáustico, un cuerpo extraño atorado, un tumor, posiblemente un prolapso rectal, en fin, vamos ideando incluso el tratamiento o la forma de corregir el problema, máxime cuando nos llaman de urgencia o cuando el cliente exagera los síntomas vamos preparados para todo.
Al estar revisando a ?Kaiser? su carácter no era el mismo, siempre se había comportado como un cachorro inquieto y juguetón, ese día se encontraba algo agresivo sobre todo al estarle revisando la zona afectada. Al levantarle la cola al paciente y al observar esa región se encontraba tremendamente sensible e inflamada, mis dudas sobre el caso empezaron a disiparse, al momento de revisar su recto sospeché de las glándulas perianales, podrían encontrarse repletas a su máxima capacidad, con la ayuda del dueño procedimos a inmovilizarlo, se trataba de una raza extremadamente fuerte, la sensibilidad extrema y el dolor que presentaba al tacto lo hacían un paciente agresivo.
Al encontrar el estado pletórico de las glándulas procedí a la evacuación del líquido, tal vez si hubiesen esperado un día más, habría sido inminente la cirugía y entonces el problema se agravaría ya que son regiones expuestas a gran contaminación fecal.
El vaciamiento del contenido de las glándulas produjo una mejoría inmediata, incluso la inflamación y el enrojecimiento desaparecieron como por arte de magia.
Afortunadamente esta historia tuvo un final feliz, a nosotros los veterinarios siempre nos agrada atender estos casos, pero no todo es color de rosa ya que por lo regular los casos de emergencia suelen darnos nuestros buenos dolores de cabeza.
Así como desapareció la inflamación y las molestias, así de rápido se fue el mal carácter de ?Kaiser?, volviendo a ser la mascota dócil y amigable de siempre.