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Periférico| Buena voluntad para negociar

Luis Guillermo Hernández Aranda

Tras ocho meses de haber tomado posesión Humberto Moreira como gobernador, finalmente Vicente Fox realizará una gira por Coahuila. El presidente de la República estará en Saltillo mañana martes.

En este lapso las relaciones entre el estado y la Federación han sido ríspidas. A partir de la tragedia de Pasta de Conchos ocurrida en febrero las confrontaciones han sido constantes.

La guerra verbal ha llevado a Moreira a declarar que él ?no es un limpiabotas?, en franca alusión al modo de vestir del presidente, así como, si los secretarios federales no traen recursos ?que mejor no vengan a Coahuila?.

Esta forma de hacer política ha traído graves consecuencias para el estado, las cuales están a la vista de todos. Para muestra de lo anterior tres botones: recientemente Rodolfo Elizondo, secretario de Turismo, canceló una visita a Parras de la Fuente. La intención de esta gira era apoyar al municipio dentro del programa de Pueblos Mágicos.

Por su parte José Luis Luege, secretario de Medio Ambiente, tomó un avión y visitó Cuatrociénegas sin avisarle a nadie para conocer de primera mano el problema de la sobreexplotación de los mantos acuíferos.

Como la joya de la corona, está el hecho de que Coahuila es el estado menos favorecido del noreste del país en la asignación directa de recursos federales para el Programa Carretero de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Mientras que Coahuila ejercerá un presupuesto de 346.9 millones de pesos para carreteras, Tamaulipas accederá a 459 millones de pesos por parte de la Federación y Chihuahua a 680 millones de pesos.

El retraso de la entrega de los recursos carreteros generó un nuevo enfrentamiento. Ya que mientras Moreira declaraba que no bajaban los recursos y lo atribuía a una estrategia política de la Federación, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes entregó al senador, Ernesto Saro Boardman, un expediente (bastante grueso por cierto) donde se demostraba que la Secretaría de Obras Públicas del Estado, a cargo de Eduardo Olmos, ignoró contestar oficios enviados por la SCT donde se les invitaba a cumplir con todos los requisitos para así liberar los recursos. En esa ocasión el Gobierno Estatal se justificó al decir que era responsabilidad de la SCT presentar los proyectos técnicos, así como los estudios de impacto ambiental, lo cual no fue así.

En este rubro debemos recordar la declaración del diputado priista, Javier Guerrero, quien advirtió que el estado sufriría por una reasignación de recursos al Seguro Social la pérdida de 110 millones de pesos.

Este juego de fuerzas ha derivado que en el Distrito Federal, sede de todas las secretarías, ya se compare el estilo de gobernar de Humberto Moreira con el de Andrés Manuel López Obrador y es que las autoridades del Gobierno capitalino también omiten contestar oficios, además de dejar a un lado el manejo de las relaciones públicas.

Por si fuera poco, muchos secretarios ya extrañan a ex gobernador Enrique Martínez. Las comparaciones en este aspecto ya también aparecieron.

Debemos recordar que si algo caracterizó el sexenio de Enrique Martínez fue su excelente relación con la Federación, lo que provocó que algunos calificaran al gobernador de: ?el más panista de los priistas?.

Enrique Martínez no tenía empacho en tomar el teléfono y llamar a cualquier secretario e invitarlo al estado. No importaba que en ese momento no llegara con recursos, de esta forma el ex gobernador logró conseguir los apoyos suficientes para la realización de diversas obras.

Así se explica que Vicente Fox haya visitado el estado en poco más de 15 ocasiones, tan sólo a Saltillo fue nueve veces y en alguna ocasión hizo un viaje especial a Cuatrociénegas para clausurar los trabajos de la Conago.

En este contexto pareciera que la visita de Vicente Fox se concretó al veinte para las doce, con el objetivo de mejorar una relación con miras al próximo sexenio que encabezará el panista Felipe Calderón.

Sin embargo, a pocos días de la visita de Vicente Fox, el gobernador Humberto Moreira, poco ha contribuido para calmar las aguas y generar un ambiente de cordialidad.

El pasado martes en Saltillo, Humberto Moreira declaró que algunos ?pitufos?, como se refirió a funcionarios federales, eran los verdaderos culpables de sus confrontaciones con la Federación. Por desgracia Moreira ha olvidado que muchas veces es con los secretarios con quien se debe tener una buena relación para obtener los recursos necesarios para concretar los proyectos del estado.

Por si fuera poco, Moreira calificó a Andrés Manuel López Obrador como una víctima del Gobierno Federal. Y es que para el gobernador a Vicente Fox ?se le pasó la mano? y a toda ?acción merece una reacción?.

?Lo hostigaron demasiado, se les pasó la mano?, dijo Moreira en esa ocasión. Declaración que seguramente no fue del agrado de Vicente Fox, menos de Felipe Calderón.

Es mucho lo que deberá trabajar el gobernador en cuestión de relaciones públicas con el próximo Gobierno Federal, en estos ocho meses la lección ha sido que ponerse los guantes, sobre todo gratuitamente, poco aporta al estado.

El panorama no se ve nada agradable para Moreira, sobre todo si es cierto el rumor de que el ex gobernador, Enrique Martínez, podría ocupar un cargo dentro del Gabinete de Felipe Calderón. Ya que mucho antes de tomar posesión Humberto Moreira rompió con Martínez al declarar que lo respetaba, pero ?el pueblo me eligió como gobernador, yo solamente me debo a mi patrón que es el pueblo y quien toma las decisiones a partir del primero de diciembre se llama Humberto Moreira?.

Por otra parte, recientemente anunció que ya no habría informes regionales, los cuales fueron promovidos por Enrique Martínez, la justificación fue que: ?Son actos faraónicos, que se preparaban sólo para los elegidos y no para el pueblo?.

Por si fuera poco una de las personas más cercanas a Felipe Calderón es su compadre el hoy senador, Guillermo Anaya, con quien Moreira también tiene una mala relación.

Es necesario recordar que cada vez que podía Moreira declaraba contra Anaya, en ese entonces el panista era alcalde de Torreón y el priista de Saltillo.

El gobernador está obligado a mostrar voluntad de trabajar de la mano de las nuevas autoridades federales, porque finalmente su estilo de confrontación no únicamente lo afectan a él, sino a todo Coahuila.

lharanda@

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