Junto a la modernización del transporte, el rescate del Centro Histórico de Torreón ha sido una de las demandas ciudadanas y a la vez promesas gubernamentales más recurrentes en los últimos diez años.
Desde mediados de la década de los noventa, las diferentes administraciones municipales han incluido en sus planes de desarrollo y calificado como prioridad la reactivación del primer cuadro de la ciudad, ante la evidente decadencia en la que se encuentra desde hace varios lustros.
Los proyectos presentados son muy ambiciosos ?en su mayoría- y en su momento despertaron en la ciudadanía grandes expectativas. No obstante, la ejecución de los mismos se ha dado sólo de manera parcial y con muchos problemas.
El Ayuntamiento encabezado por José Ángel Pérez Hernández, no quiere quedarse atrás en este asunto ni romper con lo que parece una ?tradición? de los gobiernos municipales de Torreón. Por eso, el alcalde ha anunciado ya que su principal prioridad para 2007 será el rescate del Centro Histórico y para ello, retomará añejos proyectos que se han quedado en los papeles de las tres administraciones inmediatas anteriores.
Cuando el hoy diputado federal Jorge Zermeño Infante era presidente municipal, de parte del gremio de los comerciantes establecidos, se hizo pública la propuesta de construir un corredor comercial en una de las principales avenidas del primer cuadro, al cual se bautizó como Pabellón Hidalgo.
Este plan logró desde el principio la aceptación de un amplio sector de la ciudadanía, pero también generó la desconfianza de un grupo que dentro del proyecto es muy importante: los vendedores informales. Y es que uno de los principales puntos de la propuesta se refiere a la reubicación de los ?tabaretes? de la citada vialidad. El asunto se entrampó.
Como alternativa se presentó durante la Administración de Salomón Juan Marcos Issa un proyecto complementario para reubicar a los llamados ambulantes conocido como mercado Nueva Alianza, para el cual se adquirió un predio en el sector más antiguo de la ciudad que hasta hoy no ha sido utilizado. A la resistencia de los informales a ser reacomodados se sumó la oposición de los locatarios del mercado Alianza.
Otras obras que se propusieron en los años de Zermeño y Juan Marcos fueron la Plaza Cívica frente a Presidencia, la instalación subterránea de la red de cableado y un estacionamiento bajo la Plaza de Armas.
Cuando Guillermo Anaya Llamas asumió la alcaldía se retomaron planes antiguos, se modificaron unos y se agregaron otros, para armar lo que sería el eje de la Administración anayista para el rescate del Centro Histórico: el famoso proyecto de ensamblaje, el cual se concretó sólo parcialmente. Hubo avances, pero quedaron los grandes pendientes.
Entre lo que hasta hoy se ha conseguido con los esfuerzos anteriores, se puede mencionar el Teatro Nazas, el Museo Arocena, el Edificio Municipal del Centro Histórico (antiguo Banco de México), la renovación de la red hidráulica, el par vial Galeana-Corona y la instalación de parquímetros.
De lo que ha quedado inconcluso destaca el Canal de la Perla, el cableado subterráneo, el Distrito de Cobián (una especie de zona rosa) y la rehabilitación de la Alameda Zaragoza.
Pero los grandes proyectos, los que se supone detonarían la reactivación del primer cuadro y cambiarían su imagen, siguen pendientes: Pabellón Hidalgo, Mercado Nueva Alianza, la Terminal de Autobuses Suburbanos, el Estacionamiento -ya sea el de la Plaza o el del mercado Juárez-, la restauración de los edificios históricos y la Plaza Cívica, ahora vendida como Macro Plaza.
La actual Administración debe ser consciente de que enfrenta una situación nada fácil y que el rescate del Centro de Torreón es una historia de pequeños logros y rotundos fracasos, por lo ambicioso de los proyectos planteados por sus antecesores. Además, debe considerarse que la sociedad se muestra cada vez más escéptica a las promesas de los gobiernos y que, al igual que la tan pregonada modernización del transporte urbano, la reactivación del primer cuadro de la ciudad se está convirtiendo en un sueño de opio.
Pero entre tanto megaproyecto y obra magna, no faltan las voces que con toda sencillez y sobriedad exclaman: ?empiecen por limpiar las calles, camellones y plazas y por cuidar las áreas verdes?.