La pobreza y la desesperanza se percibe en el ambiente en San Pedro. Las oportunidades para los jóvenes son mínimas, de ahí que la migración sea para muchos la única opción para buscar mejores condiciones de vida.
El pasado viernes estuve por más de cinco horas en San Pedro, el motivo: la llegada del Subcomandante Marcos quien visitó el Municipio como motivo de su gira denominada La Otra Campaña.
La visita del guerrillero fue lo de menos. Su discurso, cada vez más lleno de lugares comunes, fue apenas un susurro contra la pobreza que se vive en una ciudad afectada por problemas de drogadicción, por la falta de trabajo y por un campo que no produce.
Marcos fue tan sólo un pretexto para que muchos ejidatarios soñaran por algunos minutos que alguien los escuchaba, y es que este pueblo ha sido olvidado tanto por autoridades estatales como municipales.
Un joven llamó mi atención, viajó desde Chicago para ver al hombre de la pipa, estaba feliz porque ?lo había visto en vida real?. Con un lenguaje que no es inglés, ni tampoco español, este joven grita consignas. Desconoce el verdadero significado del EZLN pero se quiere adherir a la lucha, su justificación es la pobreza.
Fue también por la pobreza que este joven de apenas 19 años viajó a Estados Unidos. San Pedro es de los municipios de Coahuila con mayores problemas de migración. Ante la falta de oportunidades los jóvenes abandonan a su familia, no sólo buscan el Sueño Americano, también viajan a otras partes del país.
A pesar que en la década pasada Coahuila fue de las entidades más sólidas y estables en términos de crecimiento económico (de acuerdo a datos del INEGI el Producto Interno Bruto de la entidad fue de 5.3 por ciento promedio anual contra 3.9 por ciento registrado en el plano nacional), en la década de los noventa poco más de 44 mil coahuilenses se integraron al flujo de connacionales hacia Estados Unidos.
La primera región de alta densidad de migración en Coahuila es el área centro-norte que comprende los municipios de Escobedo, Abasolo, Juárez Progreso, Sabinas, Nava, Morelos, Múzqiz, Acuña, Piedras Negras, Castaños, Zaragoza, Monclova y San Juan de Sabinas.
Una segunda región de alta densidad comprende los municipios de San Pedro y Matamoros, zonas orientadas a la actividad agropecuaria, sin embargo, el campo hace mucho que dejó de producir.
En muchas ocasiones el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en San Pedro, Heriberto Valdez Gutiérrez, ha mencionado que la falta de fuentes de empleo en el Municipio, ha sido la principal causa de que decenas de jóvenes emigren.
Según Valdez Gutiérrez de 200 estudiantes que egresan de los diferentes planteles educativos, alrededor de cien emigran de la ciudad en busca de nuevas oportunidades de trabajo.
De acuerdo a su estudio realizado en 1999, las ciudades más recurridas por la gran mayoría de los jóvenes sampetrinos son Ciudad Acuña, con un 70 por ciento, Piedras Negras, con 15 por ciento, y Ciudad Juárez con el otro 15 por ciento.
La huida de los jóvenes ha provocado que la población en San Pedro sea cada vez menos, mientras que en 2002 el Municipio tenía 115,000 habitantes, en 2004 la población decreció a 80,000 habitantes.
El Municipio corre el riesgo de convertirse en un pueblo fantasma. La mayoría de las personas que caminan por sus calles son mayores, los jóvenes son extrañamente un espectro. ¿Para qué quedarse si no hay oportunidades?
Resulta paradójico que las dos últimas administraciones municipales hayan sido presididas por jóvenes, como lo son Emilio Bichara y actualmente Arturo Babún, sin embargo, los apoyos a este sector no llegan.
En San Pedro se percibe un ambiente de hartazgo, de decepción, sus pobladores cada vez creen menos en sus políticos. El partido es lo de menos, lo único cierto para los sampetrinos es su lucha diaria contra la pobreza.
De ahí que la visita del Subcomandante Marcos haya sido para muchos una catarsis. Los ímpetus revolucionarios aparecieron por un día, tanto mujeres y hombres profesaron admiración al hombre del pasamontañas que si algo ha sabido hacer, es captar todo el enojo que existe en los sectores olvidados y marginados.
San Pedro no necesita del turismo revolucionario, necesita que las autoridades tanto estatales como municipales, principalmente, diseñen un proyecto para esta zona que poco a poco envejece y se queda sola.
Hace falta atraer inversiones, combatir en verdad la venta de droga, pero sobre todo y lo más importante que las autoridades volteen la vista en verdad a los municipios de Coahuila, pero con programas de desarrollo a largo plazo y no con fórmulas asistencialitas que sólo generan votos en las urnas y popularidad en los gobernantes.
lharanda@elsiglodetorreon.
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