Agencias
LONDRES, INGLATERRA.- Las celebridades tienen una nueva moda: la de ser dueños de un perro, pero no cualquiera y mucho menos de las razas comunes. La tendencia, iniciada en Hollywood, es ocuparse de un animalito que sea producto del cruce entre dos razas completamente distintas. Estas uniones se han hecho tan populares, que todo el mundo quiere uno, lo que ha aumentado la demanda de canes en muchos países.
Sylvester Stallone tiene un perro puggle, al igual que la actriz Julianne Moore. También Jake Gyllenhaal, quien interpretó a un vaquero homosexual en la exitosa película Brokeback Mountain, posee un ejemplar de estos canes simpáticos y algo torpes, mezcla entre las razas pug (mops) y beagle.
La predilección de los puggles en Hollywood hizo que la demanda de este cruce en Gran Bretaña subiera.
Los fanáticos de los puggle en la isla pueden llegar a gastar hasta 4,000 euros (4,760 dólares) por un ejemplar de estos perros, según informaron recientemente diarios británicos. Sin embargo, las listas de espera son largas.
No obstante, los puggles no son el único resultado de esta fiebre de cruzamientos, que, entretanto, inquieta a los protectores de los animales.
¿Ovejero alemán (shepherd) y perro de aguas? ¿Por qué no? Los criadores llaman al resultado shepadoodle. Del cruce de un bulldog y un dálmata se obtiene un bullmatian.
Por otra parte, de un labrador retriever y un springer spaniel surge un labradinger, que reúne presuntamente las mejores características de ambas razas: el valor del spaniel y el sentido de la responsabilidad con el que el labrador le lleva a su amo la presa en su boca.
?Para nosotros, el cruce dirigido fue la solución ideal?, relata Katherine Goodrich, quien vive junto con su familia en un área rural cerca de Oxford. Cuando el terrier jack Russel murió, su hijo de cinco años quería un dálmata como reemplazo.
?Pero éstos pueden ser verdaderamente locos?, dijo Goodrich. Por lo tanto, adquirieron un dollie, un cruce entre un dálmata y un border collie.
Este híbrido canino, que casualmente tiene un nombre parecido a la famosa oveja clonada Dolly, es afectuoso y obediente como un perro pastor collie, pero vivaz como un dálmata, aunque no tan exaltado como éste, ?por lo tanto es el perro perfecto para nuestra familia?.
Sin embargo, la tendencia influida por el ejemplo de Hollywood de cruces, muchas veces estimulados por la curiosidad es, según los expertos, potencialmente peligrosa.
?Esto conduce a la reducción de las reservas de genes sanos, y crece el riesgo de enfermedades hereditarias?, dijo el veterinario Chris Laurence, director de la organización protectora de perros Dog Trust.
Además, los altos precios que los criadores alcanzan por estos ?cruces de diseño? pueden atraer a embaucadores que irresponsablemente podrían ofrecer las creaciones más salvajes.
Según la revista Dogs Today, del cruce de un boxer y un pekinés se obtuvo un animal desorientado con una cara desfigurada, con ojos saltones.
Que los cruces pueden dar origen a animales sanos y felices lo demostró en Gran Bretaña nada más y nada menos que la reina Isabel II.
La simpatía de la Reina por los pequeños corgis galeses, que, con su valor y su arrogancia que limita con la testarudez, es para algunos la más británica de las razas caninas, fue documentada con frecuencia.
También se sabe que al menos tres de sus vivaces enanos caninos, a saber Brandy, Cider y Berry, no son corgis puros, sino cruces con un dackshund (dackel o teckel) de su fallecida hermana Margarita.
