El Primer Comando de la Capital, que desde prisiones controla el crimen organizado, intenta con los ataques presionar a las autoridades para que suavicen las condiciones de reclusión de sus cabecillas.
EFE
Sao Paulo.- Delincuentes atacaron nuevamente a las fuerzas de seguridad y establecimientos comerciales en el estado brasileño de Sao Paulo entre la noche del martes y la madrugada de hoy pero sin dejar víctimas y con menos intensidad que en los dos últimos días, informó la policía.
Según las autoridades, la pasada noche se registraron diez ataques del crimen organizado, presumiblemente de la mafia de presos Primer Comando de la Capital (PCC) en Sao Paulo y otros municipios.
En Sao Paulo, desconocidos prendieron fuego a dos agencias bancarias, un autobús, un concesionario de vehículos y un automóvil estacionado en el garaje de la Secretaría de Justicia.
La circulación por un tramo de la avenida Paulista, la más emblemática de la ciudad, llegó a ser interrumpida durante varios minutos por una alarma de bomba que resultó ser falsa.
También se registraron incidentes en Sumaré, a unos 120 kilómetros de Sao Paulo, donde un autobús de la Alcaldía fue incendiado.
En Campos de Jordao, 167 kilómetros al noreste de Sao Paulo, desconocidos lanzaron una bomba incendiaria contra un vehículo de la Guardia Municipal pero los agentes controlaron rápidamente el fuego.
Igualmente hubo ataques en Itapecerica da Serra, periferia de Sao Paulo, donde la alcaldía fue blanco de disparos esta madrugada, mientras que en la vecina Taboao da Serra la policía detuvo a tres hombres en posesión de 16 tacos de dinamita que supuestamente serían usados para cometer atentados.
En Itú, 101 kilómetros al oeste de Sao Paulo, una bomba casera fue lanzada contra una comisaría de policía que estaba cerrada y otra, que no hizo explosión, contra la casa de un agente policial.
Desde el pasado lunes, cuando el PCC lanzó su tercer desafío a las autoridades en Sao Paulo, al menos seis supuestos delincuentes han sido abatidos por la policía y más de 20 han sido detenidos en la respuesta a los más de 130 ataques realizados.
El PCC, que desde prisiones paulistas controla el crimen organizado en el estado, intenta con los ataques presionar a las autoridades para que suavicen las condiciones de reclusión de sus cabecillas.
La primera ola de ataques del PCC, en mayo pasado, dejó 133 muertos, según datos oficiales, y en julio, una nueva ofensiva causó ocho muertos.